Por: Jesús -Belén- de la Cruz
Director
Constituye un desacierto cargado de ilegitimidad la forma en que han sido escogidos los “candidatos” a cargos electivos por parte del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD) o La Fuerza del Pueblo que encabeza Leonel Fernández. Allí no hubo primarias ni tampoco reservas de candidaturas, por tanto, ese colectivo político legalmente no tiene candidatos oficiales.
Dado que dicha selección se ha hecho de manera “medalaganaria” y sin agotar los procedimientos establecidos por la Ley de Partidos, Movimientos y Agrupaciones Políticas. Si la Junta Central Electoral (JCE) y el Tribunal Superior Electoral (TSE) acceden a validar esta entelequia electoral se estaría sentando una jurisprudencia dañina y perniciosa para nuestra vida democrática.
La parte más polémica del tema en cuestión, es ver como personas que hace unos meses se vendían ante la sociedad como los paladines de la Constitución y la justicia, ahora son promotores aguerridos de la violación y la inobservancia de la ley que regula el ejercicio del derecho de todos los ciudadanos a organizar partidos, agrupaciones y movimientos políticos.
Existe una máxima constitucional que reza “la ley es igual para todos”. Lo que significa que todos somos iguales ante los ojos de la ley y que nadie está por encima de la ley. Sin embargo, el expresidente Leonel Fernández y su agrupación actúan sin respeto a las normas establecidas, según la Constitución, para regular el reconocimiento, organización, funcionamiento y participación de los partidos en los procesos electorales.
El fortalecimiento institucional y la vida democrática que hoy vivimos, al parecer importa poco para los sectores que pretenden imponer sus intereses y propósitos por encima del imperio de la ley y del respeto colectivo por las normas institucionales del país.
El grupo que sigue a Leonel Fernández viola de manera fragrante el artículo 15 de la ley partidos, agrupaciones y movimientos políticos, en lo referente a los requisitos y forma de solicitud para su reconocimiento. Presenta serias irregularidades en la nómina de sus órganos directivos para convertir el PTD en LFP. Enfrentan una litis legal por el nombre de La Fuerza del Pueblo, y como si todo esto fuera poco, pretenden imponer el trasfuguismo político con argucias y pretextos traídos por los cabellos.
Respecto al artículo 40 de la citada ley, donde se ordena un periodo de precampaña y proselitismo interno por parte de los partidos para escoger a sus candidatos a cargos electivos, vemos que este ha sido totalmente violado por los leonelistas. Lo mismo acontece con el artículo 41, que establece el periodo de la campaña interna.
Una cuestión de fondo y tal vez la más contundente, lo constituye el hecho de la adulteración del proceso para la selección de los candidatos, contenido en el articulo 45 de la ley en cuestión, donde dice: “Las primarias, convenciones de delegados, de militantes, de dirigentes y encuestas son las modalidades mediante las cuales los partidos, agrupaciones y movimientos políticos escogen sus candidatos y candidatas”.
Mas adelante dice: “Los candidatos y candidatas seleccionados mediante cualquiera de estas modalidades quedan habilitados para ser inscritos en la junta electoral correspondiente, de conformidad con la Constitución y la ley”. Más claro de ahí, ni el agua. Por lo que ya sabemos, ninguno de los candidatos juramentados por los “pueblistas” ha cumplido con estos mandatos de ley.
Si observamos el artículo 55 de la ley, donde aborda el tema de la inscripción de candidaturas, dice lo siguiente: “Los candidatos a cargos de elección popular de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos seleccionados en procesos internos por mayoría de votos, sin perjuicio de lo que establece la presente ley, serán inscritos en la Junta Central Electoral o en las juntas electorales, según corresponda, en igualdad de condiciones que los candidatos escogidos en el marco de la cuota de hasta por un veinte por ciento (20%) que se establece en esta ley como reservada a la alta dirección de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos”.
Los de La Fuerza del Pueblo recorren diversas localidades del país haciendo juramentaciones de supuestos candidatos que no han pasado por ningunos de estos procesos que manda la ley. La Junta Central Electoral y el Tribunal Superior Electoral deben hacer cumplir las ordenanzas legales a todos por igual. Leonel Fernández no esta por encima de la ley y sus presiones y chantajes no pueden amedrentar a las instituciones regulatorias en cuanto a la aplicación de la ley en igualdad para todos y todas.
El que quiere moño bonito tiene que aguantar jalones. Y si quiere comer pescado tiene que mojarse los fondillos. Nadie dijo que era tan fácil, en tan solo algunos meses, estructurar un partido, escoger candidatos y llevarlos a unas elecciones para vencer y ganar. Las instancias constitucionales deben ser respetadas y la improvisación no se puede colocar por encina de institucionalidad y las normas democráticas establecidas.
