Editorial

Primarias de octubre definirán quién es el verdadero líder del PLD

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Por: Jesús -Belén- de la Cruz

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La inocultable rivalidad expresada a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), no hace otra cosa más que sacar a flote el choque frontal entre dos visiones políticas, tal como se refleja en el accionar práctico de sus dos líderes fundamentales:   Leonel Fernández y Danilo Medina. Durante muchos años este “dúo dinámico” ha venido compartiendo la dirección del partido fundado por Juan Bosch, pero, al parecer, ha llegado el momento de separar la cascara del grano entre ellos.


Leonel y Danilo eran, hasta hace poco, dos hermanos inseparables y constituían un poderoso e imbatible equipo de trabajo. Se les veía como de un ave, las dos alas. Compartían la misma nave en tiempo de calma. Ahora que han llegado difíciles momentos de tormenta, cada uno de ellos define un rumbo distinto por dónde dirigir la embarcación morada. Solo que hay un timón y ambos luchan por ser quien trace el camino a seguir para garantizar llegar a puerto seguro.


Mucha agua ha corrido debajo del puente y algunos lodos han venido a enturbiar la corriente transparente sobre la que ambos flotaban. Leonel Fernández durante muchos tiempos era el líder máximo del PLD. El hecho de ser el primer presidente de la República por su partido y gobernar por tres periodos, daban razones suficientes para consolidar tal liderazgo.


Mientras Leonel gobernaba el país, su estratega, mentor, jefe de campaña y secretario de la presidencia de su gobierno, Danilo Medina, tenía un sueño; también quería ser presidente. Para ello trabajó como las hormiguitas con los distintos estamentos de su partido creando su propio ejercito: “el danilismo”. Medina era la cara visible y operativa del gobierno de Fernández, por lo que todos “los compañeritos de la base” tenían a alguien en la Dr. Delgado que escuchaba sus quejas y canalizaba sus necesidades.

Siempre en bajo perfil y con el mayor hermetismo, manejando el silencio como una poderosa arma en la lucha por el poder, Danilo Medina venía construyendo, pieza por pieza, su proyecto presidencial. Múltiples reuniones y contactos con la dirigencia de su partido, así como amarrando cargos importantes en las estructuras de mando del PLD. ¡Y la hormiguita…!

Realizando encuentros permanentes con el empresariado y estructurando candidaturas a regidores, alcaldes, diputados y senadores en todo el territorio nacional. La firmeza y la sistematicidad con que este gran estratega armaba su plataforma política lo ha llevado a construir su propia mayoría, tanto en las filas peledeistas como a nivel nacional. Ese laborantismo de crecimiento también acontecía en el Comité Central y el Comité Político del PLD.


Ahora, en su rol de presidente de la República, Danilo posee un valor agregado que lo convierte en el líder indiscutible de su partido. Aun siendo poseedor de una mayoría aplastante en todos los organismos partidarios, lo que quedó demostrado en la reciente reunión del CC para escoger los precandidatos presidenciales y en la reelección de Radhamés Camacho en la presidencia de la Cámara de Diputados, este ha sido muy prudente y respetuoso de su compañero y rival Leonel Fernández.


Sin embargo, el expresidente de la República luce desafiante, cargado de soberbia y muy imponente.  El pasado fin de semana en el salón de eventos del puerto de Sans Souci, encabezando una asamblea con seguidores, este llamó al PLD a ahorrarse las primarias del 6 de octubre porque, según él, este pleito lo tiene “ganao”. Es bueno recordar que, por experiencia, en política se aconseja que el triunfalismo nunca es bueno.   


No cabe duda de que Leonel Fernández es poseedor auténtico del don que representa el carisma de la retórica discursiva, el arte del buen hablar y de los buenos encantos que se extraen al mezclar su inteligencia con el domino escénico con que se desplaza frente al público al que dirige su mensaje. Indiscutiblemente, es un político cautivador.  A esto se suma el hecho de haber sido tres veces presidente de la República.   

Danilo Medina es totalmente diferente, se identifica con el carisma de utilidad social, del bien común, de los servicios y del amor al prójimo. Unido a estas cualidades naturales, el actual presidente es reconocido como uno de los más finos estrategas políticos del país. La mayoría de los procesos relevantes que han conducido a la transformación y triunfos del PLD tienen la impronta del mandatario. Es un hombre silencioso, cauto y de temperamento muy fuerte.


El día 6 de octubre sonará la campana en las primarias abiertas del PLD. Subirán al ring estos dos grandes líderes, cada uno con su estructura política, y se debatirán en una lucha sin cuartel, sin límite de tiempo y sin empate. Uno de los dos saldrá vencedor y el que salga vencido deberá aceptar con humildad los resultados de aquel combate, que al parecer ha llegado su clímax político y el reloj no parece detenerse…

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