Por: Jesús -Belén- de la Cruz
Director
El expresidente Leonel Fernández se ha convertido en un político controversial y renegado sin causa. Luego de salir del PLD ha quedado como un carrito chocón víctima de un corto circuito, dislocado y dando vueltas en círculos. Se confirma que su único afán es impedir que se celebren elecciones libres y transparentes para que no le cuenten los votos.
Esas reacciones de líder “pueblista” nos recuerda aquel viejo refrán popular de “palo si boga y palo si no boga”. La Junta Central Electoral le ha complacido en todas sus peticiones y ni qué decir del Tribunal Superior Electoral. Ahora dice Vincho Castillo que ellos no confían en ese viejo padrón electoral. Mañana tal vez dirán que por temor al “coronavirus” sus seguidores no fueron a votar
En una alocución pública dirigida al país, como ya nos tiene acostumbrado desde hace un tiempo, hablando a nombre de la coalición de partidos que encabeza La Fuerza del Pueblo, luego de las frustradas elecciones municipales del 16 de febrero, Fernández hizo un llamado a la nación para que se celebre un diálogo nacional.
Expresaba el expresidente que “sobre la base de la participación de diversos sectores de la vida nacional se constituyó un consenso para la búsqueda de una solución pacífica, democrática e incluyente a la crisis institucional generada por la suspensión del proceso comicial”.
Atendiendo a esta y otras solicitudes, encaminadas en la misma dirección, fue convocado el Consejo Económico y Social (CES), donde convergen todos los sectores políticos, económicos y sociales en aras de establecer puntos de consenso ante la difícil situación que vive el país luego de la paralización de las pasadas elecciones; pero resulta que ahora el expresidente Fernández ya no quiere el dialogo nacional que él mismo había pedido.
En la República Dominicana existe, creado por el Decreto 13-05, el Consejo Económico y Social (CES), que tiene como misión “la construcción y el fortalecimiento permanente de la paz social, a través del diálogo franco, abierto y participativo”. El mismo es un órgano constitucional de promoción de la concertación social mediante la activa participación del liderazgo económico y social representativo.
Este Consejo Económico y Social fue creado en el año 2005 por el Poder Ejecutivo, justamente en el gobierno de Leonel Fernández, siendo nombrado el monseñor Agripino Núñez Collado como presidente de este órgano que procura la preservación del orden democrático del país. Pero ahora resulta, que este señor se niega a participar del diálogo alegando que el mismo depende del gobierno central y por tanto no es confiable.
En dicho órgano participan, por el sector empresarial, representantes de la industria, la pequeña y mediana empresa, el comercio, la banca, las cámaras de comercio, el turismo, la agroindustria y los ganaderos.
El sector sindical lo representan las centrales sindicales de las zonas francas, de la industria y los demás gremios profesionales. Y por el sector social participan las iglesias, instituciones académicas, organizaciones comunitarias, las universidades públicas y privadas, la veeduría por la igualdad social, defensores de institucionalidad y la justicia, así como los que trabajan el tema electoral.
Pero como aquel que primero “dice digo y luego dice Diego”, ahora Leonel Fernández argumenta que este órgano es de carácter inconstitucional y políticamente ilegítimo, por ser un órgano consultivo del Poder Ejecutivo adscrito al Ministerio de la Presidencia”. Por lo visto, a este rebelde sin causa habrá que construirle una isla artificial exclusiva para él y su puñado de seguidores.
Para concluir que este amplio universo de sectores económicos, políticos y sociales que componen la matrícula del Consejo Económico y Social no es representativo y carece del carácter constitucional necesario, se requiere ser un obstruccionista obcecado al estilo Leonel Fernández.
De todas maneras, las fechas se pueden tardar, pero tienen su tiempo de llegada, el próximo día 15 habrá elecciones municipales extraordinarias y todos iremos a las urnas con el voto manual a expresar nuestras simpatías. Es la manera más democrática y participativa donde los ciudadanos ejercemos nuestros derechos constitucionales, al otro día de este proceso preparémonos para los próximos argumentos del que será el gran perdedor, Leonel Fernández.
