Editorial

Diferencias en PRM favorecen triunfo del PLD

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Por: Jesús -Belén- de la Cruz

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Director

Es común escuchar en política y psicología las frases “divide y vencerás” o “dividir para reinar”.  Esta magnífica estrategia  política, utilizada desde el imperio romano hasta la modernidad, parece ser la empleada por los altos dirigentes peledeístas con sus adversarios del Partido Revolucionario Moderno, a quienes, en determinados escenarios, suelen brindarles un caramelo medicado para mantenerlos en el profundo letargo de la oposición.  

Leonel Fernández, en determinadas ocasiones ha sido aliado circunstancial de Luis Abinader y entre ambos han definido estrategias políticas para enfrentar a Danilo Medina y a Hipólito Mejía. De igual forma, Danilo Medina e Hipólito Mejía se han visto en reiteradas ocasiones fumando la pipa de la paz, muy amistosos y sonrientes. Pero, como por arte de magia, Luis Abinader y Leonel Fernández siempre salen perjudicados cuando estos dos políticos atípicos se juntan.

 Según la lógica de algunos diputados perremeistas, votar a favor de la reelección de Radhamés Camacho y de cualquier otra iniciativa que favorezca a Danilo y afecte a Leonel, traería como consecuencia la agudización de las contradicciones entre estos dos líderes peledeistas, así ellos (PRM) se fortalecerían políticamente; pero ocurre todo lo contrario: lucen empantanados y no hacen más que cavar su propia tumba.

 Leonel Fernández y Luis Abinader protagonizaron los actos de protesta frente al Congreso Nacional, donde nos deleitamos con los “Rally de los motoristas constitucionalistas” y también presenciamos a humildes ciudadanos revelar ante las cámaras televisivas que los convocantes les habían ofrecido “quinientos” pesos y solo les estaban pagando “doscientos” para ir allí en defensa de algo que ellos nunca supieron explicar.

En esas lides, los diputados que siguen la línea de “el guapo de Gurabo” nunca le hicieron el coro al grupo del “empresario universitario”.  Tanto así que cada vez que Luis decía “Digo” los de Hipólito decían “Diego”. Más que eso, se sabe de por lo menos 15 diputados hipolitistas que estaban listos para apoyar la malograda reforma constitucional para la reelección del presidente Medina.

Dando una mirada retrospectiva, podemos recordar cómo en las precampañas electorales de 2012 y 2016 el enemigo a vencer de Hipólito Mejía siempre fue “leonelito”, al tiempo que hacía algunas apariciones públicas coordinadas junto a Danilo Medina en las cuales le hacía reconocimientos por sus cualidades como político y, posteriormente, también como mandatario.

Es cierto que el PLD se encuentra hoy inmerso en una de sus más álgidas crisis internas, tanto así, que muchos apuestan a su división después de las primarias de octubre. Pero lo que algunos no logran ver ni entender es que el PRM también acusa una de sus más relevantes rivalidades entre sus dos grandes líderes, Luis Abinader e Hipólito Mejía. Esto con el agravante de que están fuera del poder.

Solo habría que esperar por quién doblarán las campanas en el PRM luego de sus primarias. En el caso de que sea Luis Abinader el candidato presidencial del partido, tendríamos que recordar campañas pasadas, cuando Hipólito llegaba a los actos públicos y preguntaba en voz alta: ¿y la tayota, llegó?

 Pese a los difíciles momentos que atraviesa el PLD, algo bueno le favorece, y es que treinta y cuatro personas piensan más que dos. Ese Comité Político peledeista, con un master en “crisis y conflictos”, con más de cinco doctorados en “cómo ganar elecciones” y teniendo la dirección del Estado, no estará en la disposición de perder el poder por no solucionar una diferencia entre sus dos grandes líderes.

 Así vemos el panorama actual. El PRM apostará a la división del PLD, los alumnos de Juan Bosch, a su vez, harán todo lo que esté a su alcance para erosionar, hasta pulverizarlo, al PRM.  Leonel Fernández podría seguir coqueteando con Luis Abinader hasta un punto. Danilo e Hipólito podrían seguir coincidiendo en varios aspectos de la política nacional, sobre todo, en sus aspiraciones de revivir y fortalecer el campo dominicano.

 La gran capacidad estratégica, las mayorías partidarias, la aceptación popular y el poder del Estado estarán presente en cada uno de los escenarios políticos que viviremos a partir de este momento. Danilo Medina recibió duros golpes cuando estaba fuera del gobierno y siempre tendrá en su mente aquella famosa frase de “me venció el Estado”. Solo que ahora el Estado está bajo su estricto control y él ha demostrado que sabe usarlo muy bien.

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