Por: Jesús -Belén- de la Cruz
Director
La manera obsequiosa, prudente y respetuosa con que el precandidato presidencial del danilismo, Gonzalo Castillo, se ha manejado frente a sus compañeros que también aspiran a la misma posición a lo interno del PLD, ha sido la clave del éxito para lograr una más rápida reunificación con todos ellos, a partir de ser oficializado como “el delfín” que enfrentaría a Leonel Fernández en las primarias del 6 de octubre.
“Enemigo que huye, puente de plata”. Quien está “ganao” no pelea. Una campaña de la mano con los dominicanos, basada en el respeto, amor, cariño y sin insultar a ningún contendor. Este ha sido el discurso repetitivo de “el elegido” de la corriente danilista cada vez que alguno de sus contrincantes internos le producían algún tipo de ataque por este llegar de último y posicionarse rápidamente en los primeros lugares de la aceptación electoral.
Para muchos, el fenómeno Gonzalo ha sido fruto del “capricho al azar” de un grupito de amigos del presidente Danilo Medina para, según ellos, favorecerlo como compensación o pago por los grandes aportes que el próspero empresario en algún momento pudo hacer por el hoy gobernante. Estos y otros tantos argumentos se han difundido para justificar el rechazo de la población votante hacia los demás aspirantes.
El mentiroso y el cojo no llegan lejos. El hombre que hoy ocupa la primera magistratura del Estado no actúa basado en esos modelos de conducta. Lo que Gonzalo se ha ganado para estar encabezando las valoraciones más altas en las preferencias del electorado, ha sido el resultado del perfil que ha ido creando por sus acciones como un gerente productivo, humilde y cercano a la gente. De ahí el slogan de “Gonzalo es como Danilo”.
Durante mucho tiempo el equipo de estrategias del gobierno vienen haciendo encuestas y mediciones con cuestionarios importantes, para ir perfilando a los que pudieran tener posibilidades reales para determinados cargos electivos. Para el presidente Medina siempre es importante saber qué opina la población de cada funcionario, si lo conocen bien y cómo valoran su gestión; para el líder todos los puntajes sirven como indicadores.
Estas encuestas o estudios de valoración sirven para medir e identificar patrones y tendencias que luego pueden tener consecuencia en los resultados de las votaciones generales. Todos esos valores son usados como herramientas de trabajo para luego ponerlos en práctica en los momentos en que sean necesarios.
Danilo Medina es considerado uno de los estrategas más acabados del país. Es un verdadero gurú de la planificación estratégica, mide permanentemente y cree en las encuestas como retratos fieles de realidades y momentos. Además, algo muy importante para él es saber cómo piensa la gente, cuáles son sus necesidades y por dónde andan sus aspiraciones políticas, económicas y sociales.
Se trata de extraer un retrato sintético de la popularidad de su gobierno, saber cómo valora la población cada programa en ejecución. Conocer sus fortalezas y debilidades es una preocupación permanente del actual presidente Danilo Medina. De ahí que lo del fenómeno Gonzalo Castillo no sea una jugada maestra de algunos, sino el producto de una realidad objetiva que se veía venir desde hace un largo tiempo.
Múltiples ventajas electorales, al parecer, adornan la candidatura de Gonzalo Castillo. A juicio de los expertos en marketing electoral, aspectos importantes son tomados en cuenta al momento de medir a un candidato, tales como: su capacidad de gestión (como funcionario), su alta valoración, su rostro agradable, su carisma personal, su cercanía con la gente, su conexión con la juventud, entre otros.
Como las promesas electorales suelen ser parte del programa electoral de los candidatos, Gonzalo Castillo no se ha quedado atrás en este aspecto. De manera muy estratégica, está llegando al público votante con compromisos que estos esperan sean cumplidos una vez este llegue a presidencia de la República. Gonzalo Castillo ha basado sus promesas en dar continuidad a la obra de gobierno del actual presidente Danilo Medina
