Editorial

La reforma va y no hay marcha atrás

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Por: Jesús -Belén- de la Cruz

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Director

“Y ahora estos representantes de la ‘minoría’, con una candidez enternecedora, ‘maldicen a los jueces’ y tratan por todos los medios de desacreditar el Congreso, de aminorar su importancia y su autoridad”. Salvando las diferencias, escribió Vladimir Lenin, el 19 de junio de 1904,  en su obra Un paso adelante, dos pasos atrás, La Crisis en Nuestro Partido. Donde el líder ruso defiende su rol en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata  de Rusia, realizado en Bruselas  y en Londres  entre el 23 y el 30 de agosto de 1903. 

Con las dos ruedas de prensa realizadas los días 8 y 9 del presente mes en la Casa Nacional del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), queda claramente establecido que la suerte está echada en esa organización política. El danilismo (mayoría) dice que la reforma va y los leonelistas (minoría) establecen que no hay marcha atrás en su lucha contra la modificación constitucional. 

La primera convocatoria fue organizada por la coalición danilista y encabezada por Reinaldo Pared Pérez, presidente del Senado y secretario general de su partido, a la cual asistieron 22 miembros del Comité Político; y al otro día, a la misma hora y el mismo lugar, el sector del presidente del PLD, Leonel Fernández, respondieron de manera desafiante a sus compañeros dirigentes, pero solo con la presencia de 5 miembros del CP peledeista.


Leonel Fernández debería revestirse de humildad y reconocer que en los actuales momentos no es el hombre fuerte de su partido. Danilo Medina, como la oveja mansa, tiene control de por lo menos un 75% del Comité Político y cerca del 70% del Comité Central. Esta relación se repite de igual manera en todos los organismos y estructuras de base del PLD. Como valor agregado, Medina es el presidente de la República. 

En el refranero popular, el León es considerado el Rey de la Selva. Es conocido como una de las especies más imponentes y soberbias del reino animal, y es un fiel símbolo del poder y la fuerza; sin embargo, la oveja mansa se mama su teta y la ajena. En buen dominicano esto quiere decir que el manso y humilde consigue más fácil sus propósitos.

Algunos elementos surgidos en el presente escenario nos sugieren que el equipo que lidera el expresidente Leonel Fernández jamás debió tomar el camino de la medición de fuerza con su compañero Danilo Medina. El momentum político que encabeza el expresidente Fernández no le favorece en términos de los resultados que han de derivar de esos movimientos organizados dentro y fuera del Congreso Nacional.

Cerca de cuatrocientos miembros del Comité Central del PLD publicaron un comunicado respaldando al presidente Danilo Medina. Toda la municipalidad del país está de acuerdo con una modificación constitucional para unificar las elecciones de los municipios con las presidenciales y congresuales. Esto, indiscutiblemente, se convierte en un elemento de presión política para las organizaciones a las que pertenecen estos alcaldes y directores de distritos municipales.

Comparar al presidente Medina con un dictador tipo Adolfo Hitler (el desembarco de Normandía) ha sido considerado como un exceso de parte de Fernández. Llevar turbas a los alrededores del Congreso Nacional, llamar a sus congresistas que saboteen las sesiones de la Cámara de Diputados, aliarse al Partido Revolucionario Moderno y a Reformistas enemigos del gobierno, deja mucho que decir del presidente del mismo partido que ostenta la presidencia de la República. 


Es un secreto a voces que en algún momento se debió producir una reunión entre Leonel Fernández, Danilo Medina y Temístocles Montas, donde Fernández le habría propuesto a Medina que le apoyara en las elecciones de 2004 y que para el 2008 le seria dado todo el apoyo a su estratega y hombre de confianza de entonces (Danilo Medina) para que este fuera el candidato presidencial; sin embargo, Fernández no cumplió aquel acuerdo de caballeros.

Leonel dijo en el 2007, que “a un presidente no se le desafía”. Además de que en reiteradas ocasiones repetía que le ganaría las primarias a Danilo Medina con un 80% a 20%. Usó todos los medios a su alcance para debilitar las fuerzas danilistas y los resultados de las primarias terminaron 72% a 28%. Danilo Medina con humildad y como la oveja mansa expresó en aquella ocasión: “me venció el Estado”. Aquel gran estratega y armador de la política se retiró a su casa y llamó a todas sus fuerzas a integrarse a la campaña de su partido.

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