Por: Licda. Rosmery Cleto Tineo
Master Educación de Personas Jóvenes y Adultos
En la República Dominicana un maestro contratado, es aquel que no está nombrado en el sistema Educativo Dominicano, Por lo que al firmar un contrato por un año adquiere el estatus de docente contratado. Esta práctica permite cubrir las vacantes en los centros educativos públicos.
Al mismo tiempo hay que destacar que esta falta es por la no ejecución de los concursos, en un tiempo prudente por el Ministerio de Educación, en franca violación a la Ley de Educación 66’97 en el Capítulo II sobre el Estatuto Docente.
La condición de contratado en este caso es abusiva a cualquier derecho humano, por no permitir privilegios como son: seguro médico, un pago digno, derecho a regalía, pago de vacaciones y pagar a tiempo su salario, todos estos factores causan desasosiegos entre estos docentes.
Otro aspecto para destacar es sus designaciones en centros educativos de incómodos accesos, los cuales se ven obligados a: recorridos extensos, cruzar ríos, montar caballos, a veces arriesgando inclusive su vida para llegar al centro educativo.
Estos factores no serían el problema para estos profesionales, más bien es sus sueldos el cual se ven afectados, pues reciben 20,000 pesos con un descuento de 2,000 pesos, quedando en 18,000. Esta situación los pone contra la pared, ya que la canasta familiar está por encima de su presupuesto es decir que no le queda nada. Un abuso más.
A todo esto, le niegan el derecho a un Seguro médico que permite el cuidado de la salud y ayuda a la gente a protegerse contra los elevados costos médicos. Es inaceptable esta situación, todos sabemos que la salud es lo primero para realizar un buen trabajo. Es clara la violación del ministerio de Educación en no proteger a sus docentes y marcar la gran desigualdad social que todavía en pleno siglo 21 está presente en nuestro país.
La angustia en los contratados no acaba ahí, el ministro actual Antonio Peña Mirabal, en otra franca violación a los derechos profesionales, no realizó el llamado concurso complementario de oposición docente, el cual correspondía ejecutarse en primer cuatrimestre del año escolar 2019-2020, este se mantuvo todo el tiempo preparando, preparando y se le fue el tiempo en preparar; no me pregunte el por qué, ya que ni el mismo sabe en qué ocupó tanto tiempo.
Este ministro deja su puesto el 16 de agosto sin darle respuestas ni solución a muchas problemáticas del sistema educativo dominicano y dejando en una inestabilidad a muchas familias de estos profesionales docentes.
Nuestros profesionales docentes en este caso contratados son lo que están luchando en las aulas por formar estudiantes con habilidades en las diferentes áreas y dando fiel cumplimiento a unos de los fines del sistema Educativo; Formar personas, hombres y mujeres, libres, críticos y creativos, capaces de participar y constituir una sociedad libre, democrática y participativa, justa y solidaria; aptos para cuestionarla en forma permanente.
Finalmente, en apoyo a estos profesionales sugerimos a las nuevas autoridades educativas atender al llamado de estos docentes que merecen respirar tranquilidad, con nombramientos que ya se han ganado según el artículo 58 del Estatuto Docente, con seguros médicos, con salarios decentes, entre otros privilegios que ya son merecedores, para la paz y estabilidad de nuestro sistema educativo nacional.
