Por: Jesús -Belén- de la Cruz
Director
Las encuestas son estudios que se realizan con el objetivo de medir el grado de satisfacción de un determinado grupo de personas, sean estos consumidores de algún producto, usuarios de servicios o electores activos. El propósito es visualizar las posibles tendencias de un mercado o público objetivo. Las mediciones sirven como herramientas de trabajo para tomar decisiones y trazar estrategias en base a las informaciones extraídas de las muestras resultantes.
Generalmente, al momento de una firma encuestadora presentar al público los resultados de algún muestreo, sobre todo si es en medio de un proceso electoral, esta recibe múltiples elogios de los candidatos que son favorecidos; pero al mismo tiempo son receptores de acusaciones y críticas feroces, con descalificaciones incluidas, de aquellos que no resulten favorecidos por los datos servidos.
En el caso específico de las encuestas para fines electorales, los resultados o muestras, constituyen una importante herramienta de investigación para fines de recolección de datos relacionados con la percepción, actitudes y opiniones de un importante grupo de ciudadanos sobre los que se pretende influir. Es preciso recordar que las encuestas no son sentencias inapelables de jueces supremos, son solo una imagen gráfica de un momento determinado.
Las encuestas electorales, según dicen los expertos, en ningún momento representan una realidad política ineludible. Esto jamás. Ellas nos presentan datos cualitativos segmentados que luego los partidos deben cuantificar para convertir una percepción en realidad. En las encuestas vemos tendencias, inclinaciones y rechazos; en las elecciones están las urnas donde se emiten los votos de los electores. Estos votos son registrados en actas que luego son validadas por las autoridades electorales. Por estas razones, es muy frecuente en los procesos electorales escuchar frases como: “realidad mata percepción”, “las elecciones se ganan en las urnas” y “acta mata votos”.
Encontrándose el país en un año preelectoral, podemos ver como ya se ha iniciado “la guerra de las encuestas”. Siendo el presidente Danilo Medina el objetivo a vencer dentro y fuera del Partido de la Liberación Dominicana, es lógico que este, aunque aún no ha definido si va o no va, siempre aparezca en todos los escenarios y mediciones. Sobre todo, cuando está a la vista de todos que su equipo político tiene montada la reelección presidencial.
A sabiendas de cómo se manejan las cosas en nuestro bien amado país, entendemos que no habría problema alguno para que en el Congreso Nacional sea aprobada la modificación constitucional para habilitar al mandatario y que este se pueda presentar como candidato para las elecciones del 2020. A juicio de varios congresistas seguidores del gobernante, ya los votos para una eventual modificación están seguros, y hasta van más lejos al asegurar que podrían sobrar algunos votos por encima de los requeridos.
La disputa entre los sectores que lideran Danilo Medina y Leonel Fernández se hace más aguda, toda vez que la gran mayoría de las encuestas dicen que el PLD es actualmente la agrupación política con la mayor cantidad de simpatizantes. Según la CID Latinoamericana el PLD cuenta con el 53 %. Seguido por el PRM con 22% y el PRD (aliados del PLD) con 7 %, mientras que un tres por ciento favorece a otros partidos y un 15 % dice que no sabe.
Para la empresa encuestadora ASISA Research Group, en el escenario en que Danilo Medina no sea el candidato del PLD para las elecciones del 2020, el expresidente Leonel Fernández, al medirlo con el posible candidato del PRM, Luis Abinader, el primero le ganaría al segundo con un 47%, frente a un 39% que obtendría el segundo.
En el estudio de opinión de la empresa Gallup-Hoy, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) aparece como la organización política por la que más simpatizan los ciudadanos. Así lo expresó el 39.4% de la población consultada. Seguido por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), con un 22%. Este estudio arrojó que un 23% de la población se definió sin simpatía política por el momento. Cuando se divide este porcentaje de indecisos, indiscutiblemente que tenemos un escenario donde el PLD ganaría en primera vuelta.
Referente a la escogencia del candidato a la presidencia por el PLD para las próximas elecciones, esta firma establece que los resultados favorecen a Danilo Medina, con un 49%, mientras que un 27.9% se inclina por Leonel Fernández. En la única parte donde todas las firmas encuestadoras coinciden en sus datos arrojados, es en el hecho de que el PLD se presenta como la opción a mantener el poder con miras a los próximos comicios de 2020.
En este laborantismo mediático-perceptivo, todos los equipos de estrategias políticas de los distintos sectores partidarios están trabajando de manera acelerada en los temas referentes a cómo convertir sus debilidades en fortalezas; al mismo tiempo que se preocupan por provocar una profundización en lo que cada uno observa como las debilidades de sus adversarios. Aquí entra el estratégico juego del manejo de: realidad vs percepción.
Aún en los casos donde los distintos partidos y precandidatos se empeñen en difundir las partes de los resultados de las encuestas que más les favorezcan, desde el punto de vista de la opinión pública, en su realidad interna cada uno de ellos sabe de qué pata cojea y dónde es que el maco tiene la manteca. Ya veremos en los próximos días cuál será el panorama cuando el presidente Danilo Medina se refiera al tema de su posible repostulación. Conociendo al mandatario, al que muchos definen como “el papá de la estrategia”, podemos asegurar que, si acepta presentarse nueva vez como candidato, nada ni nadie podrá detenerlo. Así las cosas, solo es cuestión de tiempo.
