Los inversores en Wall Street no están para muchas sorpresas con los valores tecnológicos, y especialmente con Facebook. La red social sufre desde hace tres meses su mayor castigo desde que cotiza por todo el ruido que envuelve a su negocio. En pleno tumulto, la compañía registró unos ingresos por valor de 13.730 millones de dólares. Esta cifra de negocio le generó un beneficio de 5.140 millones.
La facturación mejora así un 33% cuando se compara con el mismo periodo de 2017 mientras que ganó un 9% más que hace un año. La atención se dirigió a la evolución del gasto, que subió un 53%, y a los indicadores que miden la implicación de los usuarios, para tratar de entender como las medidas que está adoptando en el ámbito de la privacidad y del combate de la información falsa afectan a su margen.
Facebook contaba con 2.270 millones de usuarios activos a final de septiembre, un 10% más que hace un año. A los inversores les preocupa que haya tocado techo y que sus aplicaciones vayan a ser menos rentables de lo que se anticipaba. El grueso de los ingresos los genera por publicidad, por eso necesita que se utilicen con frecuencia los servicios de la plataforma. Más ingresos le da más flexibilidad al gastar.
El resentimiento que hacia Facebook se refleja en su valoración. Acumula una caída del 20% en el año y cotiza a nivel de mayo de 2017. El desplome sería suficiente para considerarla una buena inversión. Pero no está dicho que haya tocado fondo, porque no está claro que haya dejado atrás todos los problemas sobre privacidad. Además, hay una docena de países contemplando aplicar impuestos a las tecnológicas.
La red social tenía una capitalización de 425.000 millones antes de publicar las cuentas trimestrales. Sus títulos se cambian a 146 dólares la unidad. Están lejos de los 218 dólares que marcó en julio. Hubo mucha presión desde entonces, tras admitir que el ritmo de incremento de sus ingresos se desacelera. No es solo una cuestión de regulación y fiscal. También de si está lista para responder a nuevas tendencias.
Facebook, Google y Amazon son como tres grandes camiones que dominan las autopistas de Internet, sin competir directamente. Hasta ahora lograron no dejar margen a empresas emergentes para florecer. Los últimos resultados publicados, sin embargo, muestran que habrían llegado ya a su mejor momento. Las grandes tecnológicas fueros las que tiraron más fuerte del ciclo alcista en Wall Street.
Fuente: El País