Por: Jesús -Belén- de la Cruz
Director
Fueron liberados los siete jinetes del danilismo. Como recreando la primera parte del capítulo siete del Apocalipsis: aquellos jinetes ensillaron sus caballos y salieron raudos tras sus objetivos, tal como se describe en “el libro de las revelaciones”. Solo que ahora, en nuestra actualidad política, el poderoso sello del gran maestro ha sido reservado para aquel jinete que pueda montar el “caballo blanco” que representa la alegoría de “la conquista y la gloria”.
De los siete jinetes del danilismo que han salido en procura de la candidatura presidencial, solo dos de ellos han podido acercarse a la meta y sobresalir con reales posibilidades de ser el famoso “delfín” esperado. Reinaldo Pared Pérez y Gonzalo Castillo encabezan los escenarios y agrupan las fuerzas mayoritarias y claves de las estructuras danilista.
Como “al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios”, cabe destacar que tanto Reinaldo como Gonzalo han sido piezas claves en el estratégico ajedrez político de Danilo Medina. Cada uno desde su ángulo han hecho grandes aportes a este proyecto presidencial. Es por esto que a ambos se les entiende como extensiones naturales de la corriente danilista, sus lealtades y compromisos no admiten tela de juicio.
Reinaldo Pared Pérez es secretario general del partido, miembro del Comité Político, presidente del Senado y aspirante a la presidencia de la República. Es un hombre muy cercano a Medina, ha pospuesto su proyecto presidencial en varias ocasiones para respaldar al presidente de la República y ha sido categórico en afirmar que sus aspiraciones siempre dependerán de las decisiones de su líder político. Algunos dicen que este sería el heredero institucional o “el elegido” de Danilo Medina.
Gonzalo Castillo, es reconocido como un próspero empresario que ha logrado desarrollar sus altas capacidades gerenciales en diferentes áreas del mundo empresarial. Apostó al proyecto Danilo Medina cuando muchos se le alejaban. En su paso por la administración pública ha sido definido como uno de los ministros más eficientes y productivos de la actual gestión de gobierno. A Gonzalo se la ha visto siempre al lado del mandatario en todos los temas relevantes de esta gestión, como es el caso de las visitas sorpresas y las inauguraciones.
Todos los aspirantes presidenciales de la corriente danilista tienen sus fortalezas y debilidades. La mayoría de ellos se destacan por sus lealtades y firmes convicciones al defender la visión de su líder. Sin embargo, la política, como ciencia, se nutre de realidades. Unos la definen como el arte de lo posible y otros como una plataforma o medio a través de la cual se pueden realizar cambios y transformaciones sociales y económicas.
En esto de las candidaturas políticas, y sobre todo presidenciales, lo importante no es tú presentar tus legítimas aspiraciones a los electores; sino, que lo realmente interesante es que los electores te aspiren y te vean como una opción a través de la cual ellos pueden cristalizar sus deseos y satisfacer sus necesidades.
De los aspirantes a la presidencia, provenientes del entorno del presidente Danilo Medina, pocos han llegado a medir números importantes que se les pueda tomar en cuenta como un proyecto viable para ganar dentro y fuera del PLD.
El problema no es solo ganar unas primarias y ser el candidato oficial del partido. Se necesita más que eso: “el encanto” del candidato hacia afuera de la organización política, “la buena vibra”, “el carisma”, “el sexapell”, “el aura positiva”, en fin, se trata de salir a vender un producto que guste a la gente, que tenga aceptación, que conecte y que despierte un interés tal que garantice una venta fácil a la hora de colocarlo en el marcado de los electores.
Danilo Medina los quiere a todos y los lleva en su corazón. Sin embargo, la actividad política no se desarrolla como el libreto de una novela de amor y de aventura, es una guerra constante por el poder y se libra en escenarios reales. Será una o varias encuestas las que definan con que jinete se recorrerá esta larga carrera hacia la presidencia de la República. No es tarea fácil. Primero ganarle al tres veces presidente Leonel Fernández y luego enfrentarse al candidato del opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM).
