Opiniones

En sociedad secreta La Trinitaria hubo más políticos que letrados

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Por: Gral. Dr. Jorge Radhamés Zorrilla Ozuna

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Presidente del Instituto de Estudios Antillanistas “General Gregorio Luperón”

En la generación que luchó por la separación de Haití, dentro de los fundadores de La Trinitaria hubo más políticos que letrados.

En esta última calificación colocamos a su fundador y faro de luz Juan Pablo Duarte, José María Serra y Pedro Alejandrino Pina; también reconocemos que Francisco del Rosario Sánchez ejerció de abogado y supo escribir inspiradas proclamas al servicio de la causa separatista, aunque no estuvo en la juramentación el 16 de julio de 1838.

Duarte cultivó la poesía, Serra dejó unos apuntes para la historia de los trinitarios, y Pina fue el orador de la sociedad secreta.

Al llegar el momento de la separación de Haití, 27 de febrero de 1844, despertó con entusiasmo el alma dominicana, y el optimismo trinitario triunfó sobre el pesimismo de los conservadores. Las luchas encaminadas por los gobiernos de la primera república para sostener la independencia, no dieron oportunidad para invertir en la educación; la universidad carecía de profesores competentes y quedó cerrada por largo tiempo. Solo se vivía en esa época la vida de los campamentos guerreros.

No obstante estas limitaciones, al calor de la lucha, aparecen los primeros intelectuales genuinamente dominicanos, sin dejar de reconocer que el presidente Buenaventua Báez fue graduado en universidades francesas.

Entre esos intelectuales los hubo cultivadores de las bellas letras como Félix María del Monte, considerado por don Américo Lugo hasta la época en que vivió este último, el padre de nuestra poesía. Del Monte perteneció a la escuela romántica; sus versos siempre fueron inspirados en temas nacionales, destacándose entre ellos Las Vírgenes de Galindo.

Don Félix María del Monte fue patriota y liberal en sus mocedades; enseñó letras en el colegio San Buenaventura, pero lamentablemente más adelante sufrió una metamorfosis y se convirtió en reaccionario, anexionista y consejero de Buenaventura Báez, en desmedro de sus indiscutibles méritos anteriores; aunque hay pensadores que afirman que para evaluar la vida de los hombres, esta última es más signicativa cuando termina que cuando comienza.

Otros destacados fueron los hermanos Guridi – Javier y Alejandro – que emigraron a Cuba con sus padres y regresaron después de la separación de Haití. Javier es autor del primer libro de versos impreso por un dominicano.

Es importante hacer mención de Nicolás Ureña de Mendoza, padre de Salomé Ureña y abuelo de los académicos Francisco, Pedro, Máx y Camila Henríquez Ureña. Fue nuestro primer criollista. Sus décimas El Guajiro Criollo, Canoa del campesino del Ozama, los Guayabales, las Frutas del Trópico y Cuentos con el sabor de nuestra tierra del Sur, son excelentes. Estas producciones nos indican de donde proviene la vena intelectual de la gran poetiza Salomé Ureña de Henríquez.

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