Editorial

Abinader visita al “Tío Sam” para pedir sus bendiciones políticas

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Por: Jesús -Belén- de la Cruz

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Director

Visitar y pedir la intromisión del “Tío Sam” para solucionar un tema político o social estrictamente de carácter nacional y que solo compete a los dominicanos, nos recuerda la tristemente célebre invasión del 28 de abril de 1965, donde 42 mil marines de EE. UU. mancillaron nuestra Patria con el alegato de salvar vidas e intereses norteamericanos en el país. Todo esto porque sectores antinacionales y de intereses oscuros, que no confían en su nación, así lo solicitaron. 

Como procurando reeditar este oprobioso pasado lacayuno, el dirigente político y precandidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, estuvo visitando distintos estamentos oficiales y fácticos de Washington, con el objetivo de buscar una sombrilla que le pueda cobijar y motorizar durante este proceso electoral, que de por sí, está muy difícil para él y su partido, debido a que en ninguna de las encuestas logra sobrepasar el 22 por ciento en las preferencias del electorado.

Según el empresario, en el PRM “estamos tocando todas las puertas de aquellas instituciones y personalidades que puedan ser solidarias, para detener las acciones claramente dirigidas a trastornar el ya precario orden institucional del país”. Aquí cabría preguntar: ¿puede el señor Abinader meter de contrabando que son los norteamericanos quienes deben decidir qué ha de pasar o no en la República Dominicana?, o bien, ¿son los Estados Unidos un referente de la lucha por el respeto de las instituciones en nuestro país y el mundo? ¡La respuesta es, no!

Ha sido precisamente el poder estadounidense quien más influencias han ejercido para quebrantar el sistema democrático de los países latinoamericanos y del Caribe. Basta revisar la historia reciente y veremos todos los golpes de Estados y dictaduras que tuvieron la bendición del pentágono y de sus inquilinos gobernantes. Por tanto, jamás se podrá entender, señor Luis Abinader, por qué lo que usted no se ha podido ganar, por no tener “encantos políticos” lo quiera lograr propiciando una intromisión norteamericana en nuestros asuntos internos.

Hasta el momento, podemos decir que la postura oficial de los Estados Unidos ha sido prudente y bastante diplomática. De hecho, la señora embajadora, Robin S. Bernstein, ha dicho en reiteradas ocasiones que su nación es “respetuosa” de la soberanía absoluta de la República Dominicana. Esta es la opinión de la que se puede considerar como la portavoz oficial estadounidense en nuestro país.

Sin embargo, el legendario senador por Nueva Jersey, Bob Menéndez, ha pedido al Secretario de Estado, Mike Pompeo, intervenir para evitar la modificación de la Constitución para un nuevo mandato del presidente dominicano Danilo Medina.  Alegando que “en medio de mayores amenazas a la democracia en todo el mundo, Estados Unidos debe demostrar su compromiso con la defensa de las normas democráticas… pero señores, hay que estar vivo para escuchar y ver cosas.

Para algunos esto ha causado una gran sorpresa. Para otros entendidos en la materia no ha sido más que “cascara de un viejo granero”. Y vean por qué: Bob Menéndez se enfrentó a 18 cargos por delitos de fraudes y sobornos junto a su socio comprobado, el oftalmologo de Florida, Salomón Melgen. Este último también vinculado a negocios oscuros en el país con el sonado caso de los “Rayos X” y la Autoridad Portuaria Dominicana. Caso en el que fue enérgicamente defendido por sus familiares, Vincho Castillo y Vinicito Castillo Semán; estos, a su vez, son “soldados mediáticos” de Leonel Fernandez, por tanto, para buen entendedor… estas palabras bastan.

Robert Bob Menéndez , Salomón Melgen y Vinicio Castillo Semán

Más claro, ni el agua. Vinicito Castillo Semán, “el genio del mal”, al servicio de Leonel Fernández, ha sido el armador de todo este entramado con el más alto nivel de odio, resentimiento y rencor. Todo por el hecho de que el presidente Medina desvinculó a los jefes de la FNP de todas las funciones publicas que usufructuaban. Vinicito, a sabiendas de que Bob Menéndez tiene una deuda con Salomón Melgen, ya que este último guarda prisión por defender y encubrir al primero, al parecer llegó el momento de que el senador de “Casa de Campo” deba pagar el precio de su deuda con el primo de los Vincho. Esta carta fue su libreto-compromiso. La deuda ha sido pagada.

Es lamentable que Luis Abinader, a quien el propio Hipólito Mejía en la pasada campaña electoral le definió como “La Tayota”, porque no coge color ni da sabor, ahora se dedique a hacer un lobby internacional para procurar que “El Tío Sam”, o por lo menos fuerzas relacionadas con el gobierno norteamericano, opinen en contra de una posible modificación a la Constitución para favorecer una repostulación del presidente Danilo Medina.

Es sumamente peligroso escuchar de parte de Luis Abinader, que tanto él, como su partido, “desarrollarán cuantas iniciativas políticas sean necesarias, para evitar el colapso de la democracia dominicana”. Si tomamos estas palabras con detalle y precisión, podemos concluir que el político en cuestión está dispuesto a provocar que “entre el mar”, si es necesario, en caso de que él no sea favorecido por el voto popular. 

Sería importante que los del PRM, en lugar de estar buscando el mal en la sábana, se dediquen a presentar propuestas políticas que encanten a la población y que los haga crecer en término de números. Cuando el principal partido político de la oposición solo se dedica criticar y atacar al gobierno de turno, sin presentar propuestas encantadoras que puedan atraer nuevos votantes y electores indecisos para su organización; aunque se escuche muy ruidoso, podemos decir: señor Luis Abinader, “con las botas no se vota”.

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