Por: Harry Ortiz (El Hombre Cine)
Productor – Guionista y Conductor Cinematográfico
Si quieres deleitarte con una película de Burt Reynolds, pero de esas que no involucran tiros ni persecuciones, sólo tienes que detonar una fundita de palomitas de maíz en el microondas y sentarte a ver “La Última Gran Estrella” (2017).
Burt Reynolds nos entrega una de sus últimas actuaciones antes de fallecer en 2018. En este drama, Burt interpreta a Vic Edwards, un actor de cine que tuvo su época de esplendor y que, al llegar a la vejez, no le queda más que reflexionar sobre la vida que tuvo y la realidad de vivir en soledad.
Este decrépito hombre es invitado a un humilde festival de cine en Nashville donde le darán un reconocimiento por su trayectoria de vida. Sus implícitos gestos de desagrado dan a entender que dicho festival no está a su altura.
En el plano personal, cada minuto de su menguante existencia, Vic recibe choques emocionales donde, muchas veces sin querer, compara su época con la actualidad. Y como si mantener el equilibrio con su bastón no fuera suficiente, además tiene que lidiar con una joven rebelde que le servirá de guía el fin de semana.
La diferencia de edades entre Vic y esa joven tatuada, será el detonante que hará mucho más incómoda la estadía de él en ese apartado pueblo.
La IMDb (Base de datos de películas en Internet) describe La Última Gran Estrella de la siguiente manera. “En la superficie, la película es un cuento sobre el tiempo que se ha desvanecido. Pero en el fondo, es una historia universal sobre el envejecimiento”.
Las luces de Burt Reynolds se han apagado. Pero nos quedan los emocionantes momentos de sus actuaciones que brillarán eternamente.
