Opiniones

Examen de Luis: “teoría 10, practica 0”

Compartir Publicación

Por Albert Sigmund
Analista político

Tu Publicidad Aqui

Si nos tocara evaluar los resultados obtenidos hasta ahora por el candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) durante su larga vida como empresario y su menos extensa trayectoria como político, tendríamos que concluir que existe una gigantesca brecha entre lo que dice o promete y la capacidad que hasta este momento ha mostrado para hacer exitosos los proyectos que emprende.

Le vino como anillo al dedo la crisis provocada por la suspensión de las elecciones en el mes de febrero pasado, de un alto costo político para el Gobierno y el partido oficial, a quienes maliciosamente se le atribuyó la autoría, pero que posteriormente fueron exentos de culpa por investigaciones realizadas por organismos internacionales de prestigio y probada eficiencia.

Pero, si queremos ser justos, debemos admitir que en el campo de la “teoría” su desempeño ha sido “excelente”.

Su discurso pálido caló entre jóvenes susceptibles al engaño en esos momentos que escenificaron protestas subsiguientes en la “Plaza de la Bandera”, y pronunció promesas que resultaban graciosas en la coyuntura, alcanzando su techo en la preferencia del electorado.

Junto a un equipo conformado por personas inexpertas, sin mérito en la política dominicana, por un lado, y personajes siniestros con lamentables comportamientos en algunos de los momentos más tristes de la historia nacional, Abinader ha sido repetitivo en su discurso de combate a la corrupción, sin tener en cuenta que algunos de sus acompañantes son la más viva expresión de ese flagelo.

La cosa es muy diferente cuando pasamos a examinar lo que ha sido la historia sobre su eficiencia a la hora de los hechos, de escudriñar sobre, sí sus habilidades mostradas hasta el momento están en consonancia con los requerimientos del país en materia de creatividad, de grandes transformaciones y de mantenerse en la ruta del desarrollo.

Detrás de un muy manido pero atractivo slogan del cambio, utilizado antes en varias ocasiones por su buque nodriza en la política, Luis Abinader ha sacado provecho de situaciones en cuya creación él y su equipo nada han tenido que ver (?), colocándose en un lugar importante en la preferencia del electorado nacional.

Como privilegiado heredero, Abinader se hizo cargo de un complejo turístico en momento que la llamada “industria sin chimeneas” alcanzaba su máximo grado de desarrollo.

El candidato del PRM es en la actualidad dueño de una controversial fábrica de cemento, que nunca ha estado entre las líderes del ramo.

También es el propietario de una universidad que no se encuentra ni nunca se ha encontrado, ni por la cantidad de sus estudiantes ni por la calidad de su enseñanza, entre los centros de estudios superiores más destacados del país, además de que se cuestiona su actitud índolente frente a sus estudiantes durante la pandemia que nos afecta.

Si a esto añadimos el comportamiento de aislamiento en su hogar del candidato del PRM cuando el Covid-19 empezó a causar estragos en el país, tenemos que concluir que Abinader no cuenta con el aval necesario para hacerse cargo de las riendas de la República Dominicana, en las actuales circunstancias, en la práctica se quemó.

Y como lo más importante para una nación es la práctica, la capacidad de realizar proyectos, por difícil que parezcan, el candidato opositor queda muy mal parado.

[poll id="2"]

Leave a Comment

You may also like