Opiniones

Del proceso adaptativo del confinamiento a la apertura social

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Por: Dr. Juan Belén

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Psicólogo – Conferencista internacional

Después de un largo y traumático confinamiento como resultado de las recomendaciones de las autoridades sanitarias de los países, precedida de un rosario de informaciones, con la escalada del impacto mundial de la pandemia Covid-19, cuya finalidad fundamental por parte de los gobiernos del mundo ha sido en primera instancia; preservar la vida de los individuos y luego crear las condiciones fundamentales para tratar de salir lo menos afectado posible, una vez se aplane la curva de los fallecidos y los contagiados.

Sin lugar a dudas, podemos afirmar que muchos han experimentado cambios en el campo de las emociones, como consecuencia de las intensas y negativas informaciones reales o presuntas, situación que ha modificado conductas, por “condicionamiento operante” , siguiendo la escuela del fisiólogo ruso Iván Pávlov.

Luego que la República Dominicana, al igual que otros países, tomara la decisión de aperturar las actividades de una forma gradual en los diferentes ámbitos: económicos, políticos y sociales, con el propósito de que los ciudadanos puedan retornar a la vida cotidiana; por eso nos proponemos compartir informaciones que nos permitan volver a la normalidad, mediante el desmonte conocido en psicología como “desensibilización sistemática”, es decir, volver poco a poco al estadio psicológico original, reduciendo el malestar emocional a su mínima expresión, durante un tiempo-proceso.

Es natural que el proceso de nueva adaptación y acomodación no se logrará de inmediato, puesto que los cambios operados en nuestras psiquis, como resultantes del nivel de toxicidad que cada uno consumió durante el confinamiento involuntario, sumado a los eventos que ocurrieron en nuestro entorno, asociado a la pandemia, es decir, que si alguien sufrió la perdida de un ser querido, es obvio que el daño emocional es mayor, por lo tanto su recuperación será más complicada, que aquellos que no tuvieron un evento negativo.

Las circunstancias actuales demandan hacer un esfuerzo para internalizar las nuevas normas de vidas, asimilando las informaciones que nos permitan una sana adaptación, sin magnificarlas, desarrollando nuevas actitudes socio emocionales, siguiendo las informaciones de las autoridades, evitando los rumores y las improvisaciones que nos invitan a la incertidumbre insana.

Es muy posible que al integrarnos a nuestras actividades habituales, tengamos una desconfianza no irracional, pues nuestro aparato psicológico, no solamente asimiló, sino que también fijó las recomendaciones referente a “la distancia social” y todo el que se monte en un trasporte colectivo o llegue a su espacio de trabajo, tendrá durante los primeros días la sensación de vulnerabilidad frente a sus iguales, activando de manera inconsciente mecanismos de defensa conocido como “mecanismo de evitación”, pero de evitación mutua.

La calma, la serenidad y el sentido común serán los motores fundamentales para irnos adaptando satisfactoriamente, sin mayores frustraciones, entendiendo que los demás también están en el mismo proceso adaptativo, por lo tanto, el “arte de la prudencia” de Baltazar Gracián, puede ser el mejor aliado en estos momentos, donde estamos conminados a potencializar nuestra madurez emocional, tomando en cuenta el delicado proceso de ir del “confinamiento individual a la sociabilidad colectiva”.

Todo esto, guiados por la fuerza de la subsistencia, con el hándicap de no poseer una experiencia previa similar que nos permita utilizarla como referencia para el manejo de nuestras conductas, situación que debe ser objeto de estudios para los especialistas del comportamiento humano, para dar respuestas a cosos similares en el futuro.

Hoy que volvemos paulatinamente a nuestra vida cotidiana, se hace necesario tener un manejo efectivo y ser poseedor de una inteligencia emocional bien direccionada de forma vectorial condición necesaria para percibir y generar emociones positivas, pensar y comprender las emociones, con el fin de regularlas y de promover el fortalecimiento emocional, habilidad que nos permitirá integrarnos rápido a nuestra sociedad, conforme al devenir de las circunstancias.

De la misma manera que las autoridades orientaron a la población, a través de los medios comunicacionales, para resguardo de la enfermedad de coronavirus, es necesario que la campaña de orientación sea de la misma dimensión, para la readecuación de los ciudadanos, con la finalidad poner en marcha el carro de nuestra sociedad, sin mayores consecuencias traumáticas, pero cada ciudadano debe ser responsable de su propia vida en primer rango, por lo tanto nuestras recomendaciones para insertarnos sanamente son las siguientes:

• Inteligencia emocional
• Respetar las recomendaciones sanitarias, con todo lo que eso implica
• Sentido común
• Prudencia
• Empatía
• Calma y serenidad
• Solidaridad
• Cerrar el grifo de los rumores

El Estado es el garante de nuestra salud colectiva y los ciudadanos somos los responsables de nuestras propias accione.

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