Un gran escándalo ha sido provocado en “La Sultana del Este”, a partir del momento en que su gobernadora civil, Aracelis Villanueva, frente a un grupo de seguidores se atrevió a decir que esa gobernacion no es de ella, sino que es del PRM.
“A ustedes que son los primeros presentes que están aquí, esta gobernación no es mía, esta gobernación es del PRM y de un grupo de hombres y mujeres de este partido”, expresó Villanueva frente a un grupo de perremeistas que aparentemente celebraban su designación.
Mediante el decreto 340-20 el presidente Luis Abinader nombró 31 gobernadoras para ser representantes del poder ejecutivo en las distintas provincias del país, entre la que se encuentra Aracelis Villanueva Figueroa, como gobernadora de San Pedro de Macoris.
Según la ley núm. 2661, sobre funciones y deberes de los gobernadores, estos deben “velar por el cumplimiento de la Constitución, Reglamentos y resoluciones que promulga el Poder Ejecutivo. Informar sobre las condiciones de la provincia y medidas providenciales que a su juicio convenga tomar y suministrar todos los datos al Poder Ejecutivo”. En ningún lugar se establece que esta función es patrimonio del partido que ostente el poder en un momento determinado.
Una gobernación civil, es una representación directa del presidente de la República en la provincia donde se encuentre, razón por la cual debe ser una estructura al servicio de todas las persona que habiten ese territorio, no para servirle a los miembros de un partido o grupo de personas que apoyó políticamente a quien ocupe esa función.
Con este horrible caso queda demostrado que nombrar mujeres como representantes de las gobernaciones provinciales no significa que este cambio de modelo sea revolucionario; ni tampoco verdaderamente nuevo. Joaquín Balaguer, en su primer gobierno 1966-1970, nombró 26 mujeres como gobernadoras en las 26 provincias que para ese entonces había en el país.
Los petromacorisanos deben estar profundamente avergonzados con estas aberrantes palabras salidas de la boca de la que se supone es la representación directa del presidente Luis Abinader en San Pedro de Macoris.
Por Jesús -Belén- de la Cruz
