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Pablo Ulloa dice Defensor del Pueblo se mudará a su propio local

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SANTO DOMINGO.- El Defensor del Pueblo tendrá su local propio, en la avenida 27 de Febrero frente a Inabie y cerca de las Fuerzas Armadas, en el Distrito Nacional. Se mudará a mediados de este mismo año.

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Esta primicia la ofrece Pablo Ulloa, el propio titular de la institución, en entrevista especial con El Nuevo Diario. Ulloa apunta que el local que ocupa actualmente el Defensor, en la 27 de Febrero con Tiradentes, seguirá abierto y operando porque ya los ciudadanos tienen la referencia de ese punto físico.

Dice que ha forjado un plan institucional de 49 objetivos que deberán lograrse al cabo del sexenio de su gestión. Uno de esos designios contempla una agenda digital y el uso de la tecnología informativa, para acercar la institución al pueblo.

De hecho, según él, la institución ha logrado interactuar y atender a 14 mil dominicanos, gracias a una aplicación validada por expertos, a una plataforma con todas las redes sociales, y a la conversión de la central telefónica en un contacto de WhatsApp.

Para Ulloa las infraestructuras físicas del Defensor correrían el riesgo de convertirse «en elefantes blancos», puesto que la tecnologización acorta las distancias, acercan, estrechan la relación institución-ciudadanía.

Por tanto, ante ese riesgo, dice que el órgano posee «aliados estratégicos» para tener presencia, por ejemplo, en los puntos Siuben y Supérate. En la UASD abrirán también una sucursal del Defensor, lo mismo que en la ADSS y en las Casas de Justicia. Y con el código QR el avance será más acelerado.

Algo más. El Data Warehouse de la institución sirve para monitorear los comportamientos por provincia. Habrá oficinas regionales, sí, pero con personal capacitado y eficiente.

Anomia y negación de derechos

Al defensor del Pueblo le preocupa sobremanera la negación de derechos, la anomia de la sociedad. Observa que el modelo económico no ha sido exitoso y que hay alta tasa de crecimiento, pero poco desarrollo humano. La desigualdad social produce escasas oportunidades, genera ausencia de alumbrado, calles esqueléticas y polvorientas.

Para revertir esa anomia hay que fomentar la conciencia democrática, construir una democracia genuina y ciudadana. Los ciudadanos deben conocer sus derechos, para poder reclamarlos; antes, deben cumplir con sus deberes. Para exigir hay que dar.

La Constitución animada, subraya Ulloa, es una catapulta para tales fines. Él apoya el capital semilla para financiar programas de emprendimiento, iniciativas fecundas y productivas. Esto es política pública, discriminación positiva.

El asistencialismo, añade, es una ayuda condicionada: el beneficiario tiene que cumplir con ciertas condiciones (llevar sus hijos a la escuela, integrarse a la comunidad, participar en labores sociales). Sin embargo, eso se ha desvirtuado porque el Estado está asistiendo a personas parasitarias, gente que no hace nada, ni justifica la ayuda. La ayuda condicionada se ha convertido en un dadivoso regalo del señor Estado.

Fuente externa: ND

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