- Los 763 criollos que han jugado en la MLB triplican a los de Canadá
Desde que en 2012 Ismael Cruz, entonces jefe internacional de cazatalentos de los Blue Jays, envió el primer reporte de Vladimir Guerrero Ramos (Vlad Jr.) cuando este tenía 13 años en el Roger Centre se levantó una alerta. Vislumbraron el impacto que podría tener el jugador si evolucionaba como se proyectaba más allá de las líneas de cal, por el vínculo con el país que lo vio nacer.
Si bien su cultura es dominicana, adquirida en sus primeros 16 años de vida casi exclusivo en Don Gregorio, Peravia, una Canadá con una enciclopedia beisbolera de menor volumen que la quisqueyana no está en desaprovechar la oportunidad de sacarle filo al hijo del último gran ídolo de los desaparecidos Expos.
No es de extrañarse una invitación para jugar con el país norteamericano en el Clásico Mundial de Béisbol de 2021.
El aparataje mercadológico y mediático puesto en escena 36 horas antes de Guerrero debutar, los tiros de cámaras sobre él en el juego y su familia en las tribunas no dejó ajeno ni al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien lo felicitó en Twitter.
Poco ha importado que no hablé el francés que predomina y tanto identifica a su Montreal natal, que requiera de traductor para entrevistas en inglés, un capítulo que ha trabajado poco como su padre, pero que el ruido de su madero silencia.
El viernes, Guerrero se convirtió en el jugador 251 nacido en Canadá que llega a las Grandes Ligas. La lista la abrió Bob Addy en 1871 (115 años antes del béisbol llegar a la República Dominicana) e incluye un inmortal (Fergie Jenkins), tres MVP (Larry Walker, Justin Morneau y Joey Votto) y dos Cy Young (Jenkins y Éric Gagné).
Al grupo se suma Freddie Freeman, nacido en California de padres canadienses, Russell Martin, Jason Bay y James Paxon. Solo 33 de la tropa ha alcanzó las 10 victorias sobre jugador reemplazo (WAR) en la versión de Baseball-Reference.
Todo indica que a la incómoda tarea de emular o mínimo parecerse a su progenitor con el bate, Guerrero Ramos también tendrá la sombra de Walker y Votto, el primero con más WAR que su padre (72.1 contra 59.4) y el segundo adornando una candidatura a Cooperstown, con cinco años pendientes de contrato que le garantiza jugar hasta los 39.
