Por: Lic. Eduardo Luna
Abogado Consultor / Máster en Derecho Civil e Inmobiliario – Especialista en Migración Europea
La política es una ciencia y como bien está definida de una manera breve “Actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país”.
La pregunta que todos nos debemos hacer es ¿realmente están los políticos de hoy comprometidos con buscar soluciones a los obstáculos que impiden el desarrollo de los pueblos?
La respuesta de algunos dependerá de la bandería partidaria a que pertenezcan, pero haciendo un uso racional del conocimiento mínimo, sabemos que lo que participan en política hoy no tienen la menor idea del significado abstracto de la palabra, y mucho menos de la ciencia; y como dice el profesor español Carlos Enrique Guzmán Mendoza; ”La reflexión sobre la política es un asunto de difícil descripción”.
La política es una ciencia por ser una disciplina autónoma e independiente, con una estructura sistemática y teórica propia. El fin de la actividad política es el bien común, y por eso está muy estrechamente vinculado con la ética.
En este último tramo de la contienda por ocupar un puesto electivo, los candidatos recurren a todos los medios que tienen a su alcance con la intención de convencer al electorado de que su propuesta es la mejor, con un electorado en algunos casos borracho de pasión, que solo razona en alcanzar un beneficio propio y no en la colectividad como debería ser.
Algunos de los que hacen campaña hoy se les podría llamar de cualquier otra manera, menos políticos, pues la ciencia filosófica que tanto trató Nicolás Maquiavelo en su insigne obra El Príncipe, en el mundo de hoy no es ni reflejo de lo que él se imaginó; en nuestro continente cualquier ser humano que haga favores, entregue dadivas y pertenezca a un grupo partidario ya se considera político.
Visto desde la óptica científica, la política como ciencia solo existirá para los estudiosos de la rama, pero no para quienes la están practicando como medio para promoverse entre los electores y quienes están en la obligación de cumplir con sus principios como ciencia y para lo que fue creada como dice su definición, buscar solución a los asuntos colectivos.
La sociedad es la que elige, aunque no tan independiente como creemos, puesto que la publicidad las dádivas confunden el raciocinio del ser humano para elegir, y la política es tan peligrosa como la guerra, ya lo decía Winston Churchill; “La política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra nos pueden matar una vez; en política, muchas veces”.
El autor de este artículo emite criterios meramente profesionales, no tiene ningún interés personal en cuanto a lo expresado.
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