Ciencia y Tecnología

iPhone XR y XS: por qué no han conseguido las ventas esperadas

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En una decisión sin precedentes en su historia reciente, Apple ha lanzado en plena campaña navideña un ‘Plan Renove’ en multitud de países para estimular las ventas de sus últimos modelos de teléfonos móviles, el iPhone XS y el XR. Por un tiempo limitado, en principio hasta el 31 de enero de 2019, las tiendas oficiales de la compañía ofrecerán importantes descuentos a los usuarios que entreguen  sus modelos antiguos de iPhone en buen estado.

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La medida supone una mejora y relanzamiento del programa GiveBack, que la empresa ya tenía en marcha para fomentar el reciclaje y la renovación de sus teléfonos, tabletas y ordenadores. Y esta promoción llega después de rumores que han ido aumentando en las últimas semanas acerca de que las ventas de los nuevos móviles de Apple, especialmente el iPhone XR, están defraudando las grandes expectativas puestas en ellos. A finales de noviembre el vicepresidente de márketing de la compañía, Greg Joswiak, reaccionó a esos rumores aclarando que el XR ha sido su modelo más vendido cada día desde que salió a la venta a finales de octubre.

Esas declaraciones no han acallado las noticias negativas sobre ventas del iPhone; aunque conviene aclarar que estas informaciones no oficiales provienen de datos parciales de la cadena de suministros del fabricante y que cada año se filtran datos similares y luego Apple los desmiente al presentar unos resultados en los que cada año ha venido superando sus ventas de iPhone. Pero este año hay dos diferencias. En primer lugar, el analista más prestigioso de los movimientos de la compañía de la manzana, Ming Chi Kuo, ha confirmado que la demanda del iPhone XR es menor de lo esperado y ha reducido en un 20% sus previsiones de ventas para el primer trimestre de 2019. Por otro lado, nunca sabremos los datos reales de unidades vendidas en este trimestre: Apple ha comunicado recientemente que a partir de ahora dejará de hacer públicos esos datos y solo comunicará los beneficios generados por las ventas (como hacen sus competidores).

Sean o no ciertas las informaciones de bajas ventas, el ‘Plan Renove’ ayudará a estimularlas y a mejorar esas cifras de beneficios, pues Apple hace negocio con los modelos viejos entregados: si están en buen estado los restaura y los revende con descuentos; si no, los recicla para fabricar nuevos teléfonos. Coincidiendo con este movimiento, realizamos un análisis de ambos modelos (tras dos meses de pruebas con ellos) que busca ayudar a que los usuarios valoren si les compensa aprovechar estos descuentos de Apple, que son una alternativa más al mercado de segunda mano.

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LO MEJOR

La cámara fotográfica es la gran mejora del iPhone XS sobre el del año pasado, el iPhone X, y lo único que justificaría una actualización desde ese modelo. Los smartphones de gama alta ya compiten con buenas cámaras digitales compactas y en muchas ocasiones ya son mejores, o más prácticos. De hecho, fotógrafos como Jose Luis Barcia —que ha sido finalista de los Street Photography Awards— ya trabajan exclusivamente con el iPhone. La doble cámara del iPhone XS lo coloca en el podio de todas las comparativas fotográficas de teléfonos móviles, junto con los últimos modelos de Google y Huawei. El iPhone XS logra fotos mucho más realistas cuando hay mucha diferencia de luz entre diferentes partes de la foto. En parte es gracias al trabajo de su procesador A12 Bionic, que supera en algunos tests a los de muchos ordenadores portátiles y convierte al iPhone XS en el teléfono más ágil y potente que ha fabricado nunca Apple. Cualquiera que se actualice desde un iPhone 8 o más antiguo notará una gran diferencia.

La batería dura algo más que la del iPhone X y en nuestras pruebas aguanta siempre una jornada entera sin recarga (con un uso bastante intensivo, que supera las cuatro horas diarias). Los análisis técnicos independientes de DisplayMate han coronado a la pantalla del iPhone XS como la mejor de la historia de los smartphones, y en nuestras pruebas de uso diario lo confirman como un factor decisivo para decantarse por esta opción (la polémica barbilla de la parte superior no molesta en el uso diario, en la práctica ni se nota que está). El diseño, casi idéntico al iPhone X de 2017 pero ahora disponible en dos tamaños (5,8 y 6,5 pulgadas), mejora en el sentido de que es más resiste al agua, a los rallazos y a las roturas: nuestra unidad de prueba está intacta, sin una sola marca, después de haberla usado dos meses sin funda. Por fin Apple ha fabricado un iPhone que aúna los rasgos más elegantes de las generaciones previas y que ni resbala ni es imprescindible esconderlo dentro de una funda para protegerlo.

LO PEOR

El precio. Sin promociones arranca en 1.159 euros, el mismo que el iPhone X cuando se estrenó el año pasado. Una vez consolidadas las innovaciones tecnológicas de la nueva plataforma, Apple podría haber rebajado algo ese precio de entrada en el iPhone XS y no lo ha hecho. Además, aunque su pantalla es más resistente, no es irrompible: una caída tonta puede conllevar unas reparaciones muy costosas. Arreglar la pantalla rota del iPhone XS tiene un coste oficial de 311 euros y si la rotura es del panel de cristal trasero, el arreglo asciende a 591 euros (en ambos casos, aunque el teléfono esté en garantía). El reconocimiento facial funciona estupendamente para desbloquear el teléfono, incluso a oscuras, y Apple ha resuelto bien los cambios en la interfaz necesarios para poder usar el teléfono sin un botón de inicio. Para el usuario medio, la adaptación a ese cambio es muy rápida. Sin embargo, el sistema falla algo o no es tan práctico en determinadas situaciones (y a algunos usuarios les cuesta más cambiar sus gestos contidianos con el teléfono, ya automatizados). Lo mismo pasaba con el reconocimiento por huella dactilar, en otras situaciones. No hay sistema perfecto.

El cargador que trae el teléfono no da la potencia necesaria aprovechar el sistema de carga rápida de los nuevos iPhone, que permite llegar del 0% al 50% de batería en solo media hora. Para aprovechar esa función tan útil, Apple vende aparte un cargador USB-C de 18 vatios que cuesta 35 euros y que hay que usar con un cable USB-C a Lightning de 25 euros. Un modelo de gama alta debería ya incluir ambos elementos de serie.

CONCLUSIÓN

La innovación se limita a unas mejoras brillantes en el diseño, rendimiento y resistencia del teléfono. Apple ha logrado consolidar un nuevo salto tecnológico manteniendo su tradicional experiencia de uso intuitiva. Pero en el día a día no hay nada que este modelo de gama alta haga que no se pueda hacer con un iPhone 8 e incluso anteriores —salvo mandar mensajes con emojis animados que siguen nuestros gestos. El elevado precio del teléfono, las reparaciones y los accesorios limita nuestra recomendación a quienes usan el teléfono móvil como principal ordenador de trabajo o a quienes cambian de móvil cada 4-5 años y no sufren con cierta frecuencia la rotura de su pantalla: el iPhone XS es la actualización ideal para quien mantiene bien cuidado un iPhone 6 desde 2014 —con la actual promoción recibirá un descuento de 130 euros a cambio del terminal viejo— y quiere un móvil más ágil, con batería más duradera y una magnífica cámara.

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LO MEJOR

En el iPhone XR Apple ha logrado combinar las innovaciones tecnológicas del iPhone X con el diseño de iPhone 8 —ambos modelos estrenados en 2017—, en un tamaño de 6,1 pulgadas que encaja perfectamente en la actual preferencia del público general por las pantallas grandes. Es como un todoterreno con el mismo motor (exactamente el mismo chip A12 Bionic) que el modelo superior, el iPhone XS. Frente a aquel, la gran ventaja del XR es su mayor duración de batería —realmente apreciable los días uso más intensivo del teléfono—, que es posible gracias a su mayor tamaño y grosor.

Disponible en seis colores, busca contentar tanto a quienes quieren mostrar un teléfono más sobrio o más divertido. Pero el XR solo es más juvenil en apariencia. A pesar de la diferencia de precio de 300 euros con el XS, no es un sucedáneo y la X en su nombre está plenamente justificada: la experiencia de uso, con reconocimiento facial y sin botón de inicio, es la misma que en el modelo de gama más alta. La nueva cámara es una mejora apreciable frente al iPhone 8 (especialmente en condiciones de iluminación difíciles) y ya permite hacer fotos en modo retrato, algo que hasta ahora estaba reservado a los modelos con doble cámara.

La pantalla es de tecnología LCD y no tiene ni la resolución ni el realismo en los colores que ofrece la pantalla OLED del iPhone XS. Sin embargo, la calidad de imagen es magnífica y supera la de generaciones anteriores. Apple ha logrado integrar una pantalla LCD con bordes redondeados que llena casi todo el frente del terminal. Pero esa innovación viene con dos compromisos: los marcos negros en el borde son más gruesos que en el iPhone XS y ha tenido que prescindir del sistema 3D Touch, que permite desplegar menús de acciones rápidas al pulsar con fuerza sobre iconos y otros elementos de la interfaz.

LO PEOR

No hay nada malo en el XR, que probablemente sea el mejor iPhone jamás fabricado, en relación calidad-precio. Tiene unas mejoras importantes sobre el modelo al que sustituye, el iPhone 8, y eso  podría justificar el encarecimiento con respecto a ese modelo, pero 859 euros (sin promociones) es un precio algo elevado (y unas reparaciones también costosas) para un terminal destinado a ser el superventas de la gama y satisfacer a todo tipo de usuarios. Con ese precio y tamaño se echan de menos una doble cámara —que sí tiene el iPhone 8 Plus— y un cable y un cargador USB-C, necesarios para aprovechar la función de carga rápida y que, por ello, deberían venir incluidos de serie con el teléfono.

Diseñado para ser un móvil para todos los públicos, el XR se nota más grueso y pesado que los modelos de generaciones anteriores. Eso puede gustar a muchos usuarios, pero su tamaño está en el límite para quienes tienen manos pequeñas, pues pueden encontrar un poco incómodo este modelo —y si quieren un iPhone de última generación más manejable tienen que irse al modelo más alto de la gama, el XS. Además, con una pantalla tan grande, podría incorporar algunas mejoras en la interfaz que sí traían los modelos Plus de generaciones anteriores para aprovechar ese gran tamaño.

CONCLUSIÓN

La actual campaña de promoción salva el escollo de ese precio algo elevado. Convierte al XR en la opción ideal, por ejemplo, para aquellos que compraron un iPhone 7 hace dos años (la rebaja asciende a 250 euros por entregar ese terminal en buen estado) y necesitan una máquina más eficiente y con más batería para trabajar; o quieren estar a la última pero sin llegar a pagar el premium de la finura, la elegancia y la supercámara del XS. Igual que el modelo superior, el XR trae mejoras técnicas importantes sobre anteriores generaciones, pero ninguna que en la práctica dé una utilidad completamente nueva al teléfono móvil. Y es que tras una década de espectacular desarrollo de los teléfonos móviles, ahora simplemente cada año son mejores, como sucede con los ordenadores o con los coches. Quizás brillantemente mejores, como esta generación de iPhone, pero no revolucionariamente mejores. No es de extrañar que al gran público haya que empezar a ofrecerle un ‘Plan Renove’ para que cambie su móvil.

Fuente: El País/ Francisco Doménech

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