Economía y Negocios

Grupos religiosos cambian centros de “bebentina” en iglesias o comercios

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Algunos expertos dicen que el ser humano siempre tiene la necesidad de creer en algo o en alguien y durante el desarrollo de su vida, lucha por demostrar lo que consideran correcto o no. Ante esta diversificación de pensamientos elCaribe trae una crónica de la lucha de centros religiosos por cambiar bebentinas en iglesias o comercios.

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Un líder religioso que ha luchado por la tranquilidad y bienestar de los sectores de las iglesias donde ha ejercido el sacerdocio es el párroco José Luis Hernández, quien fue sacerdote de la iglesia San Elías Profeta, en el tiempo en que la discoteca “El Almendro” estaba en su más alto esplendor.

Hernández narró algunas de las vivencias que le han tocado enfrentar en su lucha por mantener la paz y la tranquilidad, que esta discoteca le había quitado a algunos moradores de Villas Agrícolas.

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Además de “El Almendro”, que se encontraba en la avenida Pedro Livio Cedeño frente a la parroquia, también se encontraban en las cercanías del templo otros centros de diversión, tales como, las discotecas “Aguas Frías”, “La Antilla”, el “Cabaret La 55” y el colmadón “Ruta de Sombra”, el cual es recordado por algunos residente por los pleitos que allí se producían, entre otros.

El sacerdote explicó que la convivencia entre la iglesia y la discoteca que estaba al frente fue tolerante por muchos años. Pero luego de que el templo fue remodelado cambiaron la puerta de entrada, que quedó casi frente al bar.

Llegó un momento en que la situación fue insostenible, porque en esos negocios se originaban riñas, que en ocasiones terminaban en muerte, además de los escándalos constantes que impedían que los moradores durmieran tranquilos, por lo que en busca de paz, él junto a algunos residentes tuvo que hacer algo, declaró Hernández, quien por más de 30 años ha ejercido el sacerdocio.

“Nosotros la tarde de un sábado tuvimos que sentarnos en la misma puerta de entrada de la discoteca ‘El Almendro’ y nos tiramos en el piso, a modo de protesta, personas de la comunidad y yo, y cuando el dueño abrió la puerta y vio que no podían salir porque tenían que pasarnos por encima, entonces comenzó a ‘refunfuñar’. Y llamamos la Policía”.

El sacerdote continuó diciendo que la Policía en ese momento cerró el establecimiento y duró como tres días en esa condición. Pero todo se complicó cuando el propietario de la disco le puso una demanda al fiscal de Villa Juana, que llevaba el caso, al que acusó de arbitrario, y alegó que no tenía una orden de un juez cuando mandó a cerrar el establecimiento.

Añadió que ellos no se quedaron tranquilos, por lo que fueron al Palacio de Justicia cuando se efectuaba el juicio, “llevamos jóvenes deportistas y fuimos una comisión para tratar de influir un poco y apoyar; pero después de dos meses de reenvío del caso el fiscal perdió el pleito y tuvo que pagar 10 mil pesos de multa por cada día que el establecimiento duro cerrado.”

Resaltó, que después de que reabrieron “El Almendro” el líder católico habló con el dueño y maldijo ese negocio y declaró que en ese lugar no iba a prosperar nada. “Así fue, porque tiempo después tuvieron que alquilar el local y posteriormente venderlo”, aseguró.

El sacerdote que hoy lidera la parroquia San Pablo Apóstol, en el sector de Cristo Rey, declaró que después de tanta lucha, “El Almendro” cerró sus puertas de manera definitiva ya hace aproximadamente ocho años.

José Luis Hernández comentó que además de Villas Agrícolas, también ha luchado contra los disturbios que se forman en estos establecimientos en el sector La Zurza, específicamente en la respaldo María Montéz con la Discoteca “La Bamba”.

Dijo que además de su ardua lucha por el cierre de discotecas también le ha tocado lidiar con delincuentes y homosexuales que perturban la tranquilidad de los sectores donde él ha estado.

Tras las declaraciones realizadas por el párroco, periodistas de elCaribe se trasladaron al sector de Villas Agrícolas, donde varios comunitarios coincidieron que la discoteca “El Almendro” cerró sus puertas por la lucha de este líder católico.

Otro líder religioso que durante su trayectoria impactó el sector de Alma Rosa, en Santo Domingo Este, en la lucha por el cambio, fue Santiago Ponciano, pastor de la Iglesia Tabernáculo de Adoración, quien junto a sus feligreses realizó una serie de actividades, declarando que las discotecas de la zona oriental del país iban a ser convertidas en otros tipos de comercios o en iglesias.

La Iglesia Tabernáculo de Adoración está ubicada en el terreno que antes fue la discoteca más grande del país, llamada “Las Vegas”, en la avenida San Vicente de Paúl.

En una entrevista a Iris Ponciano, hermana del pastor, ella declaró cómo fue la “estrategia de conquista del territorio”, en el que hoy está localizada la congregación.

Ponciano aseguró que realizaron 12 cultos en la misma discoteca, proclamaron 21 días de ayuno y oración frente a la entonces discoteca, en horas de 12 a 1 de la madrugada. Explicó que todo esto trajo como consecuencia que posteriormente comenzaran a caerse los eventos.

Añadió que además de estas actividades espirituales el pastor Ponciano junto a un grupo de 300 personas marchó desde la calle Sabana Perdida hasta la avenida donde estaba la discoteca “Las Vegas” declarando que en la zona Oriental llegarían grandes empresas y que con ellas se acabarían las discotecas.

“Fue todo un proceso, primero la discoteca cayó en quiebra y duró un tiempo en ruinas, el terreno entró en litigio porque tenía varios dueños, pero perseveramos y los hijos del dueño nos vendieron el solar y nosotros transformamos el lugar en un templo”.

El terreno de la antigua discoteca “Las Vegas”, pertenecía a Virgilio Bonilla, tras su fallecimiento sus hijos entraron en litigio con la empresa Bello Veloz por la adquisición de este terreno, que estaba dividido en cuatro parcelas con una totalidad de espacio de 5,100 metros cuadrados aproximadamente. Para su obtención la iglesia tuvo que tomar varios préstamos para conseguir la propiedad de 95 millones de pesos.

La secretaría administrativa de este templo continúo diciendo que cuando la iglesia comenzó a operar, la avenida San Vicente de Paúl se caracterizaba por la gran cantidad de centros de diversión que albergaba. “Pero nosotros hacíamos guerra espiritual y Dios fue limpiando todo este lugar al grado que en la actualidad son muy pocas las discotecas y bares que quedan en esta calle, casi todos son comercios”.

¿Por qué cambian los espacios de centros de diversión a iglesias?

Ante esta sustitución de espacios y los cambios sociales que esto implica elCaribe conversó con el sociólogo Carlos Andújar, quien habló de que antiguas bebentinas están siendo convertidas en centros religiosos debido a una decisión de las iglesias, en su mayoría protestantes.

Explicó que esto es consecuencia de una estrategia de contrarrestar, “en la cual tú le llevas la palabra de vida para que la gente se arrepienta y según los religiosos sean salvos de la muerte eterna”, dijo el sociólogo.

De igual manera, el director del Museo de Arte Moderno trajo a colación una de sus vivencias, explicó que cerca de una propiedad que él tiene en San Cristóbal hay dos colmadones y que cerca de ellos pusieron dos iglesias evangélicas. Tomando esto como ejemplo explicó: “Este tipo de posicionamiento realizado por los denominados protestantes es como una competencia en la que luchan por salvar el alma contaminada, como ellos le llaman”.

Andújar añadió que esto se debe a que los cristianos tienen una noción del concepto “salvación del alma”, en el cual se contrapone la vida terrenal a la divina. El especialista en antropología explicó que los religiosos ven los bares, los burdeles, las bebidas y los bailes como el mundo secular, por lo que entienden que deben contrarrestar lo mundano de lo divino, porque están desligados.

No obstante enfatizó: “Las iglesias deben entender que las personas no viven en un mundo sacro, que no somos dioses sino humanos y tenemos tentaciones por lo que pecamos y el que no peca no está vivo, esto incluyendo a estos tipos de religiosos” resaltó.

Ante los cambios de espacios, el experto en temas de la sociedad expuso que de los sectores religiosos que más han incursionado en esta clase de sustitución son las iglesias evangélicas, puso como ejemplo el antiguo “Monumento del Son” en Villa Mella que hoy en día es la Iglesia Centro Cristiano de Restauración Internacional.

El “Monumento del Son” era uno de los centros de diversión más relevante al hablar de este género musical, en las épocas de los 70, 80 y 90, este lugar era visitado por personas de diferentes partes del mundo que se reunían allí para divertirse.

Entre las principales atracciones del “Monumento del Son” estaba una orquesta de planta llamada “Bartolito y los Bravos del Son”, quienes eran catalogados como una de las principales orquestas soneras del país en ese entonces, ellos se presentaban todos los sábados, además de esta agrupación participaban Sonia Cabrera, mejor conocida como la “Reina de Son” y “Doña Chencha y los bailadores del Son”.

En la actualidad, la iglesia evangélica que se encuentra ubicada en esos terrenos está compuesta por una escuela de música, además de un área infantil. Este lugar pasó de un centro sonero a ser una congregación donde los feligreses se reúnen para alabar a su Dios.

Ante este cambio, Andújar señaló que “los aportes antropológicos que ‘El Monumento del Son’ aportaba a la República Dominicana esa iglesia no los dará”.

Criticó el hecho de que las congregaciones religiosas no importa la denominación que sea no deben estar cerca de esta clase de centros de diversión. Puntualizó: “La gente que bebe y baila no dejará de hacerlo porque le quiten el comercio. Lo que las personas hacen es irse para otro sitio”.

 

EC

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