Por Felipe Castro
La peligrosa osadía del presidente Donald Trump de atacar a lo que él llamó: puntos estratégicos de construcción de armas nucleares del régimen iraní, violando todos los principios fundamentales del derecho internacional y la lógica diplomática, se puede tipificar como una aventura peligrosa que bordea el camino de la humanidad con un diámetro de una aguja al filo del precipicio.
El pasado 13 junio el Sionismo Israelí, sobre valoró su capacidad bélica, que más que tener un sistema armamentista real, la repuesta avasallante de Irán demuestra que el poderío bélico de israelí es mas bien de propaganda mediática, al estilo del principio de propaganda de Joseph Goebbers, estratega de comunicación, publicidad y propaganda de Adolfo Hitler, quienes repitieron tantas veces sus mentiras, que ellos mismos se la creyeron como verdad. Aventurándose Israel a atacar a irán, según lo que acontece, exhibieron mayor debilidad que su verdadera fortaleza.
Bombarderos B-2 estuvieron involucrados en los ataques estadounidenses.
Es de sentido común que si el sionismo fuera bélicamente fuerte en comparación a la capacidad de guerra de irán, el ataque Gringo no fuera su pie de amigo. Recordamos que una de las promesas de campaña relevantes de Trump fue su campaña anti guerra, expresando que las administraciones anteriores del imperio Yankee mandaban a sus jóvenes a morir en las guerras; además que en el actual conflicto ente Israel e Irán mantuvo una posición dubitativa sobre su participación en la misma, abriendo la posibilidad de participar en dos o tres semanas dependiendo de las circunstancias. El ataque apresurado que ordenó Trump vislumbra que fue producto del fovismo del poderío económico del sionismo dentro de los Estado Unidos.
Donald Trump mientras afirma sus ataques a objetivos nucleares de Irán.
La inoportuna intromisión en el actual conflicto bélico Irán-Israelí, de Trump, pone en jaque a la población mundial que esperemos que la prudencia sabia de la diplomacia internacional, evite el mate total o parcial, ya que alrededor del tablero geopolítico se creó la expectación de incertidumbre del poder factico nuclear. Ahora viene el juego propagandístico de exhibición de quien tiene la hegemonía de poder bélico.
El ayatolá Alí Jamenei, líder supremo de Irán, respondió a Donald Trump.
Antes del ataque del pasado vienes, Trump y Jamenei se intercambiaron amenazas. Donald Trump, amenazó al líder supremo iraní, con involucrar a su imperio en defesa a Israel; el Ayatola le respondió que “está en contra de una paz impuesta” y que “no se rendirá ante nadie y ante ninguna imposición”. “Los estadounidenses saben que su intervención en este asunto es 100% en su detrimento. Sufrirán mucho más de lo que lo hará Irán. El daño que sufrirá EE.UU. si realiza una intervención militar será indudablemente irreparable”. El líder iraní, también amenazó con minar las aguas y áreas circundantes del estrecho Hormuz y su cierre, que es una de las rutas comerciales más grandes del mundo.
Por su condición de ser un Estado rebelde y con su dignidad lacerada, sabemos que irán no se quedará con los brazos cruzados. El mundo está en expectativa a la reacción de irán y “el eje de la resistencia” conformado por Damasco, el partido chií libanés Hizbulá y los distintos grupos armados palestinos. Además de todos estos lazos diplomáticos y militares, también sobre qué decidirán sus aliados: Rusia y China.
Felipe Castro
El autor es abogado y analista político.