Editorial

Tercera vacuna: joderse unos para salvarse otros

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Por: Jesús -Belén- de la Cruz

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Director

El 21 de junio de 2010, desde nuestro antiguo blog “En Alta Voz”, publicamos un artículo titulado: La gripe AH1N1: Un gran negocio del capital imperial. En aquella ocasión afirmábamos que “el virus de la influenza cambia o muta, generalmente cada año. En tanto que epidemia invernal, este virus es muy contagioso y afecta a un alto porcentaje de la población, sobre todo a los más indigentes y desprotegidos, es bastante agresivo y de fácil contagiosidad, esta es una realidad científicamente comprobada”.

Además, argumentábamos que, “los grandes capitales del mundo, con millonarias inversiones en laboratorios farmacéuticos, se amparan en esta realidad para manipular la percepción de los consumidores con campañas mediáticas que terminan controlando las acciones de todos. En este momento en que nos ataca el Covid-19, sin pretender hacer acusaciones a priori, si queremos alertar que “algo huele mal en Dinamarca”.

En aquella ocasión hacíamos referencia al medicamento llamado Tamiflu, usado para curar la gripe porcina de 1976, la gripe aviar de 2004 y también la fiebre gripal del AH1N1. Resultó que el producto mágico, distribuido por Laboratorios Roche, quienes en 1996 le compraron la patente a Gilead Sciences Inc., empresa que, en esa oportunidad, tenía como accionista principal a Donald Rumsfeld, ex secretario de defensa de USA, el mismo que se inventó el tema de las armas biológicas y el ANTRAX para justificar la invasión a Irak.

Ahora, el francés Stéphane Bancel, consejero delegado del laboratorio estadounidense Moderna, afirma que todos aquellos que se hayan puesto la segunda vacuna necesitarán una tercera dosis contra el virus Covid-19, según su parecer, empezando “desde el final del verano”. Indudablemente que estas apreciaciones provocan ligeras sospechas entre los ciudadanos del mundo, creándose así la confusión de, dónde termina la salud de las personas y comienza el gran negocio de los laboratorios farmacéuticos.

Traemos el tema a colación, porque justamente después de esa promoción mercadológica, la vicepresidenta de la República, Raquel Peña, anunció que en el país se aplicará una tercera dosis a toda la población para reforzar la inoculación contra el virus COVID-19, lo que se haría a través de Vacúnate RD, esto, tan solo a un mes de haberse aplicado la segunda dosis, ha creado una alarma nacional.

En realidad, con este anuncio la también coordinadora del Gabinete de Salud, desató un gran avispero, soltando todos los demonios, sobre todo, cuando agrega que dicha aplicación debe ser de una farmacéutica distinta a la usada en la primera y segunda dosis aplicada. Ahora, aquellos que de por sí cuestionan la referida vacuna, con esto han venido a reforzar su rechazo al programa nacional de vacunación.

Hasta el momento no hemos escuchado a los organismos internacionales acreditados como la OPS y la OMS hablar de esta tercera dosis de vacunación contra el Covid-19 anunciada por el gobierno central. Expertos en la materia consideran que el señor presidente de la República, Luis Abinader, o el ministro de Salud Pública, Dr. Daniel Rivera Reyes, debieron ser quienes hicieran este anuncio a la población, haciéndolo acompañar de informaciones precisas que justifiquen la medida a tomar.

Siempre hemos sabido que cuando se carece de informaciones, se da espacio a las especulaciones, razón por la cual se ha armado tremendo reperpero en todos los medios de comunicación y redes sociales. Recientemente, el cardiólogo Pedro Ureña, conocido como una autoridad en los temas de salud, se destapó por sus redes sociales con duras críticas a la anunciada decisión de colocar una tercera dosis de vacuna contra el virus Covid-19.

De forma directa y sin tapujos, el galeno se refirió a la vicepresidenta de la República en una de sus redes en los siguientes términos: “Tengo semanas respondiendo la misma pregunta, no hay data para 3ra dosis antes de los seis meses y mucho menos de una vacuna diferente. Si existe algún estudio que avale esa disposición, por favor publíquenlo. RD no es un laboratorio”.

Figuras políticas importantes como Quique Antún, presidente del opositor Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), han salido a la luz pública calificando la medida gubernamental de “inentendible” y que la misma genera “desconfianza”. Otros galenos de distintas especialidades se han referido de manera negativa sobre la aplicación de la tercera dosis sin un estudio médico al respecto, algunos aseguran que podría haber ciertas imposiciones de los Estados Unidos en su competencia comercial con China.

Como para echar más leña al fuego, el consejero delegado del laboratorio Moderna, Stéphane Bancel, asegura que su empresa podría producir 3,000 millones de dosis anuales, lo que unido a los 4,000 millones que tiene previsto fabricar Pfizer-BioNTech, tendrían dosis suficientes para vacunar a todos los habitantes de la Tierra con una dosis. Partiendo de las últimas estadísticas de la población mundial, para este 2021 hemos llegado a 7 mil 837 millones personas.

Un estudio de la BBC sobre los precios de comercialización de las diferentes farmacéuticas establece que una dosis de la vacuna cuesta entre 13.6 y 29.75 dólares americanos. Si multiplicamos la población mundial actual por tres, tendríamos unos resultados 23 mil 511 millones de personas, lo que significa que de aprobarse la aplicación de las tres dosis de la vacuna anti Covid-19 a la población mundial, los laboratorios tendrán pingües beneficios cada año. Estamos hablando del negocio del siglo.

A esto se añade que los precios de las vacunas se están volviendo cada día más complicados y multidimensionales a nivel mundial. Las contrataciones ahora incorporan una serie de condiciones como volúmenes asegurados, pago por adelantado, contrato de varios años, agrupación de productos, descuentos, entre otros. Estas condiciones hacen cada vez más imposible que se detecte el precio real de una vacuna. Aquí cabe decir que “el que hizo la Ley se inventó la trampa”.

Sin cerrar filas en el ejército de rebeldes sin causas anti vacuna de COVID-19, cabe señalar que nuestras convicciones nos hacen reflexionar sobre el tema de manera particular. Los grandes capitales son despiadados, incesantes y crueles, nada ni nadie los hace sensibles ante las dificultades y necesidades humanas, esto ha sido así por los siglos de los siglos. Al parecer hemos llegado al momento de joderse unos para salvarse otros.

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