Por Licda. Rosmery Cleto Tineo
Los centros educativos de la República Dominicana han pasado por un sin número de transformaciones, desde antes de la pandemia y después de esta, siendo un reto importante para la educación el obtener la calidad de la misma.
A la puerta del inicio del año escolar 2022-2023, los centros educativos del país se encuentran con muchas debilidades, en un buen dominicano, le falta de to:
Centros educativos sin cupo para inscribir a los estudiantes, sobrepoblación en las aulas, déficit de docentes, butacas, personal administrativo, infraestructuras sin adecuación, centros sin directores nombrados, aulas insuficientes, mala administración del 4% y a pesar de todo esto, los problemas con el INABIE, el cual es indispensable para el desarrollo de la Jornada Escolar Extendida.
Todas estas problemáticas mantienen en un limbo al sistema educativo dominicano, el cual su calidad es bien cuestionada a nivel nacional e internacional.
A la fecha no se observa un accionar eficaz, que dé respuestas precisas de todas estas problemáticas que atentan con un derecho fundamental como es la enseñanza de cada niño, niña, adolescentes y jóvenes del país.
Hasta que no se piense la educación, como el desarrollo de un país, seguiremos en la misma estadística, de no aprobado.
Es lamentable que los diferentes ministros de Educación, hayan sido docentes, los cuales son conocedores de la situación por la que por décadas ha pasado la educación dominicana, y a pesar de esto, se sigue en los mismos renglones, en las que las acciones se quedan en teorías y documentos.
Por consiguiente, el reto en educación es grande, por lo que no podemos posponer más los trabajos esenciales para su funcionamiento. Es hora de sentarse con la cabeza fría a evaluar todos estos factores que no permiten a las escuelas dominicanas tener paz.
En tal sentido, se puede significar que de no atender a tiempo estas situaciones del sistema educativo, estaríamos tocando fondo, se tiene que ser más práctico y menos teórico, el sistema educativo no se mueve sin acciones contundentes de un trabajo unificado con todos los sectores del país, con un solo objetivo, una educación de calidad.
