Asistimos a un convite social donde se han invitado todos los vecinos del lugar. Tres familias tradicionales han sido las responsables de organizar el magno evento festivo. A la hora de sonar “el buen merengue” muchos salieron a la pista de baile porque no se pudieron resistir a los cadenciosos jaleos del acordeón, la tambora, la güira y el saxofón. Un ruido externo en el ambiente carnavalesco ha provocado la ruptura del vacilón y se ha armado un gran huidero, ahora solo se escucha decir ¡fuiste tú!, ¡no fui yo!… y ¿quién será?
Así comenzó a sonar en el país “el baile del dinero” que toca la Odebrecht donde quiera que realice sus proyectos de ingeniería y construcción. Adaptados a nuestro ritmo autóctono, según se puede observar, aquí hubo muchos que bailaron bien pegaditos “el ritmo del dinero de la Odebrecht”.
Esta multinacional inició sus operaciones en el país en el año 2001 cuando el presidente de los dominicanos era Hipólito Mejía. Pasaron por dos periodos de Leonel Fernández y llevan uno cumplido de la actual administración.
El presidente Medina, que no es tonto ni perezoso, ha dejado en manos del Poder Judicial todo lo relacionado con el supuesto pago de soborno en el proceso de licitación donde salió favorecida la empresa brasileña.
Al llegar al país el gerente local de la empresa Odebrecht, Marcelo Hofke, para comparecer ante el Procurador General de la República y declarar en torno a este entramado nebuloso, el gobernante creó una comisión de ciudadanos notables encabezada por Agripino Núñez Collado y compuesta por comunicadores y miembros de la sociedad civil organizada para que estudien y presenten un informe sobre todos los procesos vinculantes con la licitación de Punta Catalina.
La oposición local, sin agenda fija, está haciendo campaña política con miras al 2020 con este tema de “corrupción o soborno” de la Odebrecht. Tal actitud, de pérdida de su GPS político, los ha llevado a coordinar acciones conjuntas con grupos de ONGs pagadas por la USAID, quienes como sabemos tienen un interés político y económico particular en estos casos.
Los Estados Unidos persiguen y castigan a los países que no les favorecen en algunos procesos de compras en los que sus empresas están interesadas. No es casual que todos sus cañones están dirigidos a las empresas brasileñas Embraer que vendió los aviones “Súper Tucano” y la Odebrecht que tiene adjudicadas diversas obras en el país.
En alrededor de una docena de obras contratadas con la Odebrecht en el país, construidas la mayoría y en fase de terminación otras, solo la Central Termoeléctrica Punta Catalina correspondiente a la actual gestión del Presidente Danilo Medina, cuya licitación se hizo a través de la empresa estadounidenses Starling Consulting y mediante un proceso democrático, transparente y a la vista de todos.
Si la Odebrecht pagó 92 millones de dólares en soborno a políticos y funcionarios de los tres últimos gobiernos que nos hemos gastado los dominicanos, que la justicia se encargue de procesarlos como corresponde y que sean condenados todos los implicados comprobados.
Existen muchos políticos que no pueden sacar sus caras para criticar al actual gobierno de Danilo Medina porque las heces fecales que salpica de este caso son tan chispeantes y malolientes que pudieran tocar a sus principales líderes y patrocinadores. Es por esto que los vemos juntitos de las manos, como la gatica de María Ramos, hasta con los Percival Peña y demás personeros de la sombra, llamando a una marcha contra la corrupción y la impunidad para el día 22 de este mes de enero.
Nosotros no tenemos corruptos preferidos, ladrones amigos ni delincuentes predilectos. Por tal razón pedimos al Departamento de Justicia de los Estados Unidos que investigue todos los proyectos que ha ejecutado la Odebrecht en su país y que en el caso de comprobarse actos similares a los sucedidos en nuestros países, que igual les hagan pagar por sus malas prácticas corruptas. El uso de la moral en calzoncillo casi siempre deja al desnudo a todos aquellos quienes la practican en toda parte del mundo.
Por: Jesús Belén de la Cruz