SANTO DOMINGO.– El gobierno de Estados Unidos inició este lunes las repatriaciones de dominicanos indocumentados hacia República Dominicana, tras arribar un avión de matrícula estadounidense por el Aeropuerto Internacional de Las Américas.
La deportación de 86 criollos se enmarca en la política restrictiva sobre migración irregular impulsada por el presidente Donald Trump, vigente desde su último mandato.
La Dirección General de Migración (DGM), junto a un contingente de seguridad y agentes policiales, desplegó un operativo en la rampa noroeste de la terminal aérea para recibir a los deportados.
Según informaciones preliminares, los repatriados habían ingresado de manera irregular a territorio estadounidense, principalmente cruzando la frontera entre México y Estados Unidos, una ruta frecuentada por miles de migrantes en los últimos años.
Además, algunos enfrentaban acusaciones de violar leyes migratorias y cometer delitos federales durante su estadía en Estados Unidos.
Tras su llegada, los 86 dominicanos fueron trasladados al Centro de Escogida Vacacional de Haina, en San Cristóbal, donde se realiza el proceso de registro y reintegración.
Políticas restrictivas en acción
La deportación de los dominicanos coincide con medidas similares adoptadas por otros países de la región.
Recientemente, el presidente de Colombia, Gustavo Francisco Petro, impidió la entrada de dos aeronaves militares estadounidenses que transportaban ciudadanos colombianos deportados por razones similares.
En tanto, en Puerto Rico, dominicanos residentes han denunciado que algunos connacionales fueron arrestados durante redadas federales, incluso teniendo sus documentos en regla. Este hecho ha generado controversia y preocupación en las comunidades migrantes.
Durante el pasado año 2024, Estados Unidos deportó a más de 3,400 dominicanos, una cifra que pone en relieve la rigurosidad de las políticas migratorias y los desafíos que enfrentan los migrantes en su intento por establecerse en territorio estadounidense.
Las repatriaciones masivas no solo reflejan la tensión en la relación migratoria entre ambos países, sino también la necesidad de reforzar políticas que ofrezcan alternativas a quienes optan por emigrar en busca de una vida mejor.
ND