Opiniones

La importancia de la educación a distancia

Compartir Publicación

Por: Lic. Edward Céspedes

Tu Publicidad Aqui

Master Gestión Tecnología Educativa

Parte 2:

En la pasada entrega, tratamos los aspectos conceptuales de los principales autores del tema y nuestros propios conceptos al respecto. En esta ocasión nos centraremos en lo que tiene que ver con los componentes de la educación a distancia, los cuales los denominamos eje central de dicha teoría o propuesta educativa.

Como decíamos, esta propuesta teórica debemos presentarla considerando los componentes que interaccionan en esa realidad educativa en la que se ha de aplicar la metodología de enseñanza/aprendizaje más adecuada, de acuerdo con:
el tipo de alumnos destinatarios de la formación; el tipo o modalidad de comunicación didáctica de que se puede disponer dentro de la norma o modelo educativo propuesto;
el tipo de estructura organizativa en el que se integra su docencia, y el tipo de tareas docentes que expresamente se le requieren dentro de la modalidad educativa diseñada.

De acuerdo con García Aretio, 1994, “Por todo ello, nos referiremos a los componentes o elementos básicos que se integran en el sistema a distancia y cuyas características y/o funciones se diferencian sustancialmente de las de las análogas de los sistemas convencionales y que son: el alumno, el docente, los materiales o soportes de los contenidos, las vías de comunicación y la infraestructura organizativa y de gestión en que se integran”. Con todos estos componentes nos atrevemos a construir el espacio o estructura de la educación a distancia.

El alumno

El elemento básico en todo hacer educativo es el destinatario de este y en función del que se estructura todo el proceso, el alumno. Conocer su desarrollo psicológico, estilos de aprendizaje, motivaciones, etc., es imprescindible para el buen desempeño de la acción de educar. Los sistemas de enseñanza a distancia se han establecido generalmente para atender a una población adulta que aprende y se manifiesta de manera diferente al niño, adolescente o joven, habituales usuarios de las realizaciones convencionales.

“Diferente al de las instituciones educativas tradicionales, el alumno a distancia es una persona por lo general maduro, con una historia vivencial llena de experiencias, conocimientos, capacidades, hábitos, actitudes, conductas e interés en participar en su propio proceso de formación, características éstas que condicionan, filtran y, previsiblemente, mejoran los futuros aprendizajes”.

Son estas características de alumnos las que suponen un reto para los sistemas educativos preuniversitarios, debido a que en este modelo los alumnos son los empoderados de sus propios aprendizajes, a su tiempo, estilos y ritmo.

La metodología que ha de utilizarse para motivar y hacer el proceso de enseñanza-aprendizaje retador y motivador, es totalmente diferente al utilizado en el sistema de enseñanza tradicional, por los factores y procesos que implica la educación a distancia. Esto quiere decir que una gran parte del proceso educativo debe ser realizado de manera independiente y autónoma por parte de los alumnos lo cual potenciará, precisamente, su capacidad para aprender por sí solos, a la hora de marcarse metas a largo, medio y corto plazo.

El docente

La eficacia y eficiencia de las instituciones educativas depende en gran parte de la formación, competencias, aptitudes y actitudes de sus docentes. Dichas características van de la mano con respecto a las funciones desempeñadas por los mismos. Sabemos que dichas funciones son diferentes en instituciones presenciales y a distancia. En la institución a distancia la docencia no es directa, se utilizan recursos técnicos a cierto nivel sofisticados los cuales posibilitan la comunicación bidireccional en la que colabora un profesor denominado, el tutor.

La docencia que habrá de ser enfocada a motivar y potenciar el aprendizaje independiente y autónomo de un joven o adulto. Aquí, se requiere un proceso tecnológico, sobre todo en lo referente a la planificación previa, mucho más depurado que en las instituciones educativas de carácter presencial. Estas características se convierten en condicionantes de la acción docente a distancia que aparece compleja por la multitud de agentes que intervienen desde el diseño de los cursos hasta la evaluación de los aprendizajes de los alumnos.

Las funciones sustanciales que un profesor de la enseñanza convencional desempeña de forma generalmente individual (programación, enseñanza directa y evaluación) precisan en el caso de la docencia a distancia de la intervención de equipos de expertos en los distintos campos que habrán de dividir el trabajo: Expertos en los contenidos de la disciplina o curso en cuestión.

Especialistas en la producción de materiales didácticos: tecnólogos en educación (diseño y estructura de los contenidos), editores, diseñadores gráficos, expertos en comunicación y medios técnicos (producción transmisión de materiales audiovisuales e informáticos), etc.

Responsables de guiar el aprendizaje concreto de los alumnos que planifican y coordinan las diversas acciones docentes (a distancia y presenciales), integran los distintos materiales, y diseñan el nivel de exigencia y las actividades de aprendizaje precisas para superar el grado de logro previsto.

Tutores, asesores, consejeros, animadores que motivan el aprendizaje y aclaran y resuelven las dudas y problemas surgidos en el estudio de los alumnos y, en su caso, evalúan los aprendizajes.

La Comunicación a través de los medios

“En educación es el docente el que dirige o debe dirigir y regular el proceso mediante el que se desarrollan una serie de acciones recíprocas entre educador y educando de manera que la acción de cada uno de ellos determina la respuesta del otro”.

La intencionalidad educativa del docente o de la institución que educa debe marcar la dirección del proceso interactivo. La interactividad, cuando los educandos son más de uno, además de producirse en sentido vertical se desarrolla enriquecedoramente en sentido horizontal y en múltiples direcciones dentro del grupo.

En educación a distancia el estudiante interacciona real o virtualmente:
Con los docentes (profesores principales, tutores, consejeros, animadores…, que apoyan, motivan y orientan el aprendizaje) con los propios compañeros entre sí (alumno-alumno, alumno-grupo, con o sin el docente) con los materiales de aprendizaje (leyendo, viendo, escuchando, manipulando, seleccionando, interpretando, asimilando, sintetizando…).

Con la institución (sede central o centros de apoyo) con el fin de recabar servicios administrativos y resolver problemas de tipo general. Todas estas posibilidades interactivas, en educación a distancia pueden adoptar diversas modalidades, en función de la intermediación, del tiempo y del canal.

Sin comunicación no sería posible la educación dado que en ésta alguien (emisor) pone a disposición de otros (receptores) un mensaje educativo a través de un canal que permitirá recibir el mensaje simultáneo a su emisión o diferido. El correspondiente feed-back completará el circuito comunicativo convirtiendo al receptor en emisor y vuelta a empezar el proceso. Esta comunicación completa, bidireccional, es la requerida en educación, y si entendemos que a distancia puede educarse, también en este caso se hace necesaria.

Los avances técnicos ponen a disposición de los protagonistas implicados en el proceso de comunicación (profesores y alumnos) una serie de medios que posibilitan diferir en espacio y/o tiempo la emisión y recepción de los mensajes pedagógicos con el fin de salvar precisamente esos obstáculos tempo espaciales. “Éste es el rasgo diferencial más definitivo de la educación a distancia, el de la comunicación mediada entre profesores y alumnos” (Garridson, 1993).

Autor

Espere nuestra próxima encuesta de Gobernanzas Digital.

  • Abel Martínez (PLD) (44%, 298 Votes)
  • Luis Abinader (PRM) (35%, 237 Votes)
  • Leonel Fernández (FP) (21%, 138 Votes)

Total Votos: 673

Loading ... Loading ...

Leave a Comment

You may also like