El secretario de Estado de Exteriores de Reino Unido, Alan Duncan, arremete contra los euroescépticos y defiende la labor de Theresa May
Alan Duncan (Rickmansworth, Reino Unido, 61 años) visita este fin de semana Málaga para asistir a Las Tertulias, el foro hispano-británico que desde hace tres décadas repasa anualmente el estado de las relaciones entre España y Reino Unido. El secretario de Estado de Exteriores del Gobierno de Theresa May defiende con firmeza el empeño de la primera ministra en sacar adelante un acuerdo del Brexit con la UE, arremete sin piedad contra los euroescépticos y agradece al Ejecutivo de Pedro Sánchez haber sabido dotar de pragmatismo a las negociaciones sobre Gibraltar en un momento de tanta incertidumbre para Europa.
Pregunta. 300.000 británicos residentes en España, y 150.000 españoles viviendo en Reino Unido. ¿Están garantizados sus derechos después del Brexit?
Respuesta. “Las negociaciones en ese aspecto están prácticamente concluidas. Hemos establecido una serie de garantías bastante sólidas y completas para todos aquellos españoles que viven en Reino Unido, y obviamente esperamos reciprocidad y que sean respondidas de modo equilibrado con los mismos compromisos en España. Fue la primera fase de las negociaciones de Brexit, y algo ya muy asentado. Quedan unas últimas fases hasta alcanzar el acuerdo definitivo, y confío en que será bueno para todos”.
P. Gibraltar pudo haber sido un escollo en el proceso. Theresa May acaba de anunciar que se ha alcanzado un acuerdo con el Gobierno español.
R. “Creo que las cosas están yendo bien, y si eso es lo que transmite el Gobierno español, nos agrada mucho, porque refleja bien el estado actual en el que creo que nos encontramos. Es muy importante para los intereses generales de Reino Unido y para los intereses generales de la UE, y para las relaciones entre España y Reino Unido en concreto, que el asunto de Gibraltar no sea un arma política. Debemos lograr que las cosas funcionen, de un modo que respete completamente la posición española y la británica. Y creo que es el punto en el que nos hallamos. Asumiendo que todo esto se logre, tenemos que agradecer mucho al gobierno español, como que las cosas se hayan podido discutir de un modo tan maduro, en un momento muy difícil para Europa”.
P. El Gobierno actual decidió optar por la vía pragmática. Sin renunciar a la soberanía, pero centrándose en los aspectos prácticos.
R.”Hemos sido pragmáticos y sensibles. Porque no se trata únicamente de Gibraltar. Se trata también de todos los españoles que acuden allí a trabajar. Que cruzan la frontera desde La Linea y regresan luego a sus casas. Hay mucha integración económica a través de esa frontera, y queremos asegurarnos de que permanece de un modo positivo y no resulta afectado por un mal acuerdo.
Hasta que no tengamos toda la foto, nada está cerrado, por supuesto. Creo que un no acuerdo tendría un efecto negativo para todo el mundo. Queremos evitar a toda costa acabar sin un acuerdo”.
P. El pasado fin de semana hubo un consenso en los medios británicos que daba por acabada a Theresa May. Alguno citaba a políticos conservadores que desde el anonimato recomendaba a la primera ministra que fuera preparando su propia soga…
R. “Desde que se celebró el referéndum, una de las dos partes en nuestro debate interno se ha pensado que tenía derecho a expresar su punto de vista en un tono más alto que la otra. Venía a decir algo así como ‘hemos ganado. Hacedlo como nosotros decimos. Los que votasteis por la permanencia, perdisteis. Ya no contáis más’. Todo el mundo tiene derecho a opinar sobre la naturaleza del pacto que se alcance. Pero lo más importante ahora es respaldar a la primera ministra, porque lo más importante ahora son sus negociaciones con la UE”.
P. ¿Participa de esa cacería política un sector de la prensa británica?
R. “Tenemos una prensa libre, que en ocasiones tienen la libertad de informar e incluso, no de inventarse pero sí de exagerar ciertas cosas, en un modo que yo considero inaceptable. Eso ocurrió el pasado fin de semana. La prensa debe usar su propio juicio a la hora de decidir si debe informar o no sobre palabras muy gruesas dichas por alguien sobre la primera ministra desde el anonimato. Personalmente creo que no deberían haberlo escrito. En perspectiva, no se trataba de algo proporcionado. El caso es que lo hicieron, y la primera ministra se ha comportado de un modo muy digno, y se encuentra en una posición de bastante más fortaleza de la que sugieren los periódicos”.
P. Su intervención hace un año en defensa del Gobierno de Rajoy frente al desafío catalán fue notable. ¿Cómo ve hoy las cosas desde su distancia?
R. “No me corresponde comentar los acontecimientos políticos dentro de Cataluña. Es un asunto interno de España. Pero como observador externo, como secretario de Estado de Exteriores de otro país, lo correcto es afirmar que la Constitución en su país debe ser obedecida y defendida. Eso dijimos en su momento. En eso seguimos creyendo. En su momento fue un placer respaldar al Gobierno español reafirmando esa convicción.
P. No se mordió usted la lengua a la hora de arremeter contra Boris Johnson. Puso en duda su capacidad de liderazgo cuando todos los euroescépticos le aplaudían.
R. “Johnson recibe más publicidad que su verdadero apoyo electoral. Porque sigue siendo más periodista que político. Fui bastante duro con él porque entendí que estaba intentando debilitar a nuestra primera ministra en los días previos al congreso de nuestro partido. Me agrada comprobar que últimamente se ha moderado. La petición que le hago es la misma que le hago a todo el mundo: que apoye a la primera ministra y diga que tenemos un Gobierno unido y un país unido, en el momento en que estamos negociando un acuerdo que va a durar muchas décadas”.
P. ¿Tienen alguna posibilidad los que reclaman un segundo referéndum sobre el Brexit? El 20 de octubre sacaron a 700.000 personas a las calles de Londres...
R. “Creo que no es una petición práctica. Para tener un referéndum necesitas una ley aprobada en el Parlamento, y que esa ley se apruebe antes de marzo del año que viene. Nada de eso va a ocurrir. No es políticamente posible. Y no veo además ninguna razón para defender otro referéndum sobre la misma cuestión por la que ya fuimos consultados hace dos años. Si finalmente se alcanza un acuerdo con la UE, solo es necesario que el Parlamento diga sí o no. Si el parlamento lo rechaza, entonces cualquier cosa puede ocurrir. Pero creo firmemente que alcanzaremos un acuerdo y que el Parlamento lo respaldará. Y una vez que eso ocurra, ya no habrá nada más que decir”.
Fuente:El País