Opiniones

Hacia la transformación y el fortalecimiento de la identidad partidaria.

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Reflexionando sobre el significado de: transformación, fortalecimiento e identidad, y luego ver las decisiones adoptadas que dio a conocer el Partido de la Libración Dominicana (PLD), a través de la Comisión Organizadora del IX Congreso Ordinario “José Joaquín Bidó Medina”; he querido contribuir presentando algunas ideas. Las formulo, no para complacer ni descalificar a nadie. Procuro ser siempre fiel a lo que pienso y a lo que siento.

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Es por esto que hago mención del acontecimiento entre 1994 y 2004, donde el Frente Amplio de Uruguay experimentó un importante proceso de renovación ideológica, programática y de reformulación estratégica, lo que le permitió aprovechar con éxito las oportunidades de crecimiento electoral emergentes del contexto socioeconómico y político; situación con la que soñaba que sucediera en mi partido PLD.

Considerando que, para renovar al Partido de la Liberación Dominicana, no solo hay que combatir los problemas superficiales que tiene, sino atacar fundamentalmente la raíz de sus males. 

Inventariar solamente las dificultades es insuficiente. Hay que pensar sobre las causas. El enigma del PLD no es nada más el disgusto de su militancia que trae consigo la preocupación de ver un partido renovado.

El PLD no escapa a las problemáticas que enfrentan los partidos del sistema político dominicano; de igual forma, ocurre en Latinoamérica y el mundo de hoy. Sabemos que existe una gran brecha entre los ciudadanos y los partidos progresistas. 

Hay un desencuentro real, en unos más que en otros, pero es un fenómeno común. Hay un descrédito y protestas contra la política tradicional y los partidos que la representan. 

Por ejemplo, en Costa Rica al igual que en la región caribeña en la que no está exenta la Republica Dominicana, estas sociedades se han alejado cada vez más de los partidos, por la ineficiencia que estos proyectan en la representación de los intereses sociales cuando ejercen el poder; también por su asociación con la corrupción en la que muchos se han visto envueltos, y que tanto ha irritado a la ciudadanía, y hasta por la prepotencia y el alejamiento que exhiben los dirigentes políticos y la burocracia partidista de los miembros.

Dicho esto, se evidencia un gran vacío en la actuación de los partidos que induce que los ciudadanos busquen alternativas de participación política, a menudo con movimientos de la sociedad civil y organizaciones independientes.

Existe un distanciamiento de la ciudadanía frente a los partidos políticos, derivado de desencantos ideológicos y éticos, de la apropiación de poderes fácticos ocultos en la funcionalidad y desempeño de ellos, y de la separación que hay entre las promesas y las acciones de los gobiernos.

De este modo, todos aquellos que suspiramos por volver a tener el partido de antes, aquel glorioso y vigoroso PLD que fundó el profesor Juan Bosch, con un norte claro, con una militancia voluntariosa y entregada, llena de espíritu de servicio, con asambleas de debates serios, con discrepancias entre sus líderes, pero unidos por una propuesta país, deben tener claro que volver a ese Partido de antes, no es tan fácil, y a la larga imposible. Yo sé que hay personas que hacen esfuerzos de buena fe para recuperar al PLD de antes. 

También, es probable que hayan otros que usan la recuperación como un medio para seguir haciendo más de lo mismo. Lo cierto es que la realidad nacional es muy cambiante, emocional y volátil, y el recurso humano que tiene el Partido de la Liberación Dominicana, necesita un mejoramiento sustantivo. 

Además, el mundo en que vivimos se encamina a la velocidad del pensamiento astral, y el Partido sigue siendo lento y burocratizado, y está en fase crítica. 

No cuestiono en modo alguno las buenas intenciones de los dirigentes, aunque sí la terquedad de prolongar por más tiempo a personas que no van en la dirección del sentir del pueblo dominicano; la renovación es mucho más que reformas estatutarias y propósitos ideológicos.

Ciertamente, como dije, renovar al PLD, exige entender el mundo que vivimos, requiere de profundizar si continúa siendo viable, y bajo qué condiciones y formato, con cuales atributos y roles. Es superficial querer reconstruir el Partido donde no se escuchan las exigencias del pueblo al que pretende servir.

La ciudadanía quiere tener otras opciones para materializar el derecho humano de todo ciudadano de elegir y ser elegibles, incluso sin pertenecer a ninguna agrupación política. El PLD tiene que entender que la intermediación monopólica de los partidos tiene también competencia fáctica, como nunca antes.

Si el mensaje que se quiere dar es de renovación, la primera discusión que se debió presentar a lo interno fue responder a la pregunta: ¿Qué es realmente renovar el Partido, qué significa eso?. A mi entender, esa interrogante no se ha planteado con profundidad.

¿Renovar será simplemente decir, que se está renovando?, ¿Será revisar, tan solo, los ejes temáticos de siempre, relacionados con la visión de una maquinaria electoral pensando que subirá al poder en 2024?.

Una renovación real es abrir más oportunidades para los jóvenes, y potenciar espacios para nuevos líderes, presentar nuevas caras, que no hayan tenido cuestionamientos éticos, dejar ver al país y a la sociedad dominicana nuevos dirigentes con ánimo de aportar nuevas ideas y proyectos; gestionar el PLD de modo diferente, sin exclusiones de ningún tipo para los que piensen diferente . Renovar el PLD es: que los líderes sintonicen con los nuevos tiempos y las demandas actuales de la ciudadanía.


Por: Omar Nivar Trabajador Social, comunicador y Político; radicado en Europa 

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