Ha fallecido a los 90 años de edad un Titán de la historia política latinoamericana y figura universal. Como es lógico en estos casos, fruto de la obra y vida de un líder tan controversial y de la talla de Fidel Castro Ruz, millones de seres humanos en el mundo lloraron su partida, otros desde su óptica adversa a su régimen celebraron su muerte. Asistimos pues a un escenario normal de sentimiento y venganza póstuma.
Sería una insensatez de nuestra parte definirnos hoy como un castrista o fiel abanderado de la revolución cubana, nunca ha sido así. Pero al mismo tiempo debemos resaltar que ser anticastrista o enemigo a ultranza de aquel sistema político y la ideología que lo sustenta no va con nuestra formación ideológica y conceptual. “Al Cesar lo que es del Cesar…” la gran revolución cubana tiene sus luces y sus sombras, razón por cual queremos hacer algunas reflexiones importantes sobre aquella sociedad, su sistema político y sus líderes fundamentales.
En primer lugar, debemos aclarar que desde nuestra militancia de la izquierda radical dominicana hicimos duras críticas a Fidel Castro cuando bajo el falso argumento de la “Solidaridad Internacional”, en noviembre de 1975 autorizó la “Operación Carlota”, a través de la cual Cuba intervino en Angola con unos 52.000 soldados y unos 1.000 carros de combate. Realizando transporte directo desde la Habana hasta Luanda, extendiéndose luego hasta Zaire, Etiopia, Eritrea y Uganda.
Allí, las tropas cubanas se enfrentaron a los ejércitos formados y dirigidos por Portugal y los EE.UU. Cerca de 450.000 cubanos entre médicos, maestros, ingenieros y soldados sirvieron en Angola durante los 16 años que duró dicha operación. Nuestra visión de soberanía plena nos hacia participe del criterio de rechazar las intervenciones que tanto los EEUU como la URSS, en su guerra fría, realizaban en varios pueblos del mundo en su afán voraz por repartirse el globo terráqueo entre esas dos superpotencias.
Al pasar de los años se produjeron algunos acontecimientos trascendentales en el mundo. En 1985 el sepulturero del socialismo soviético, Mijaíl Gorbachov, el ser electo secretario general del PCUS implantó un sistema de reforma conocido como “La perestroika” en la llamada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), con lo que puso fin a casi un siglo de lucha político-social de los marxistas-leninistas para implantar un sistema redentor de la clase obrera y donde el proletariado se impondría como clase social sobre el capitalismo rancio y salvaje. Y lo hacían bajo las estrofas del himno de la Internacional Comunista que reza: “arriba los pobres del mundo, de pies los esclavos sin pan… y gritemos todos unidos Viva la Internacional”.
El presidente Cubano, Fidel Castro, su más cercano aliado y colaborador, aun con el peligro que le acechaba con el coloso del norte a unas cuantas millas de la tierra de Martí, a sabiendas de que les serian cerradas varias empresas rusas que operaban en la vecina isla, consciente de que cesarían las ayudas económicas y la protección político-militar, a pesar de todo esto, el comandante Fidel rechazó con coraje y valentía la perestroika reformadora y le dijo con dignidad a Gorbachov, lo siguiente: “Somos reacios a copiar servilmente recetas para solucionar males que nosotros no hemos cometido”, con estas palabras irredentas Fidel puso fin a las relaciones de la Habana y Moscú.
Cuba y Fidel decidieron seguir su propio camino hacia la continuidad del socialismo a estilo cubano y según sus propias realidades geopolíticas, económicas y culturales. Continuar su proyecto de nación sin la anterior ayuda Rusa. Dirigir una nación patio con patio con “El Tío San” y sobreviviendo a más de 130 atentados contra su vida. Esto no es ni puede ser jamás un motivo para celebrar con fiestas y carnestolendas entre finas bebidas y algunas sustancias controladas escenificados desde la pequeña Habana de la calle 8 de Miami o en otras latitudes del mundo.
Aun los más acérrimos detractores de ese Titán llamado Fidel Castro deben reconocer que la dignidad, el decoro, la honradez, la valentía, el coraje y la firmeza fueron sus valores fundamentales. Algo que jamás han cultivado quienes cobardemente decidieron salir de Cuba para hacer negocio con el anticastrismo y el servilismo eyecto que los caracteriza.
Resistir un embargo de la más grande superpotencia del mundo por más de 50 años. Romper relaciones de toda índole con sus antiguos protectores de Moscú no fue tarea fácil para la dirección cubana. Sin embargo, los logros sociales y políticos de Cuba están a la vista de todos.
Cuba es el único país del mundo sin desnutrición infantil, sin analfabetismo, líder latinoamericano en deporte, con la tasa de mortalidad infantil más baja de América y 130 mil médicos graduados desde 1961. Ni un solo niño cubano duerme en las calles. Con un sistema de salud modelo. Con el 54% de su presupuesto destinado a servicios sociales. El mejor sistema educativo de América Latina. Es el país que más aporta del PIB a la educación. Posee uno de los mayores índices de desarrollo humano del mundo. Y es el primer país en evitar la transmisión de madre a hijo del VIH. Juzgue usted amigo lector. Antes de hablar contra el gran Titán de América, Fidel Castro, se debe ser reflexivo y justo por demás.
Por: Jesús Belén de la Cruz